Arnold & Son editó una nueva versión de alta joyería del modelo Luna Magna Ultimate II que incluye la Luna tridimensional.
Además de incorporar una esfera lunar de 12 mm, una auténtica proeza técnica, el reloj maravilla con un engaste sublime, tanto por las piedras escogidas como por las técnicas empleadas. Engaste de carril, pavé o invisible, Arnold & Son hace gala del mejor savoir-faire para dar forma a los ocho ejemplares del Luna Magna Ultimate II.
La caja de 44 mm de diámetro, elaborada con oro blanco de 18 quilates, suma al menos 7.62 quilates de diamantes de calidad excepcional. El extraordinario color de la turmalina de Paraíba, una piedra preciosa rara y muy preciada, realza la composición de este modelo azul verdoso —rozando el turquesa— exótico y refinado.
A modo de atolón, un fino anillo rodea al Luna Magna Ultimate II. Está compuesto por 112 diamantes de talla baguette que suman 5.90 quilates y parecen rebosar del límite del bisel, dando la sensación de estar flotando. La luz penetra en ellos como en un prisma abierto. El engaste, denominado invisible, produce un brillo único.
La esfera está constituida de millones de cristales de rutenio puro, un metal extremadamente duro que se encuentra en las minas de platino, con el que se mezcla en un mismo mineral (el rutenio es bastante más raro que el platino).
Para el Luna Magna Ultimate II el rutenio se ha recompuesto en forma de cristales y se ha tenido mediante una serie de procesos complejos antes de depositarse sobre la placa de la esfera. Una ejecución única en relojería que Arnold & Son ofrece ahora de manera habitual.
Noche de turmalina
A las 12 horas se sitúa una esfera en el sentido más clásico del término, graduada con 12 números romanos distintivos de Arnold & Son. El blanco inmaculado y ligeramente lechoso de esta subesfera excéntrica se debe al ópalo. Con su clasicismo evoca la estética de los famosos cronómetros marinos del relojero inglés John Arnold.
Debajo de las horas, la luna tridimensional del Luna Magna adquiere una nueva apariencia. Un engaste pavé cubre todo el globo lunar de oro gris, que queda dividido en dos partes: la cara iluminada de la luna, formada por 161 diamantes de talla brillante, y la cara sombreada, compuesta por una cantidad similar de turmalinas de Paraíba.
Excelencia mecánica
El Luna Magna Ultimate II se mueve al ritmo del calibre A&S1021, íntegramente desarrollado, mecanizado, ensamblado y ajustado en interno por la manufactura. Este calibre, diseñado en torno al globo lunar, es de cuerda manual y consta de una reserva de marcha de 90 horas y un órgano regulador con una frecuencia de 3 Hz. Por el lado del fondo, el movimiento ofrece una visualización secundaria de la edad de la luna, cuyas graduaciones perfectamente legibles facilitan un ajuste preciso.
La sofisticación de esta mecánica celeste reposa también en su fidelidad a la realidad astronómica. De hecho, la duración de un ciclo lunar completo es de 29 días, 12 horas, 44 minutos y 2.8 segundos. Y Arnold & Son ha logrado aproximarse tanto que deberán pasar 122 años hasta que este movimiento acumule un día de desajuste entre la visualización y la realidad celeste.
Un desfase fácil de corregir, puesto que la función lunar del Luna Magna se puede ajustar directamente por medio de la corona. Una funcionalidad posible gracias al dominio absoluto del proceso relojero propuesto por Arnold & Son.
Se presenta con una correa de piel de aligátor azul laguna y un forro de piel de aligátor rosa frambuesa, cosida a mano. Complementa con una hebilla “Ardillón” de oro blanco de 18 quilates, con 26 diamantes de talla baguette engastados.