Con motivo del cumpleaños de Michel Parmigiani, fundador de la casa Parmigiani Fleurier, la firma relojera revela la primera creación de esta colección: La Rosa Celeste.
La Rosa Celeste forma parte de Les Roses Carrées, una serie formada por cinco piezas únicas de repetición de minutos en la parte superior de la gama Parmigiani Fleurier. El cronómetro es una manufactura extraordinaria que rinde homenaje a la milenaria tradición artesanal de Esmalte Grand Feu y al color favorito de Michel Parmigiani.
Originalmente, en 2021, para celebrar el 25 aniversario de la fundación de Parmigiani Fleurier, lanzaron uno de los proyectos más ambiciosos y exigentes de su historia: La Rose Carré, un reloj de bolsillo. Basado en un calibre Louis-Elysée Piguet con gran sonería, completamente restaurado en los talleres de Parmigiani Fleurier, este guardatiempos de bolsillo único continúa el legado del arte relojero.
Ahora, La Rosa Celeste lleva todas las características del reloj de bolsillo La Rose Carrée. Estos detalles se han llevado a un nivel superior de comodidad y simplicidad, lo que hace que esta pieza sea tan única como el original. Este modelo también anuncia una serie enteramente dedicada a la celebración de la artesanía hecha a mano según Parmigiani Fleurier. "Les Roses Carrées" será el nombre y el hilo conductor de estas piezas.
El Rosa Celeste es un ejemplo de artesanía y alta relojería. Su caja de oro blanco de 42 mm está grabada a mano con el motivo “La Rose Carrée” y tiene un fondo de caja de cazador. Este último y su esfera cincelada están cubiertos con esmalte grand feu en azul.
Entre los pétalos de esta flor relojera, Parmigiani Fleurier ha ocultado un calibre de repetición de minutos de cuerda manual con gongs de catedral. Su esqueletización y biselado reúnen lo mejor de la pericia relojera y la artesanía de Parmigiani Fleurier en una pieza única y poética.
Una bisagra situada a las 2 h en el reverso articula una tapa, que en su cara exterior luce una gran rosa fractal cuadrada, también grabada a mano y cubierta con múltiples capas de esmalte de colores. En su otro lado, esta pieza única presenta una esfera de oro blanco macizo, con una superficie grabada a mano.
Tiene innumerables y pequeñas tallas con una regularidad inmaculada en todo el ancho y la profundidad de la esfera. Una vez preparada el área, el esmaltador toma el relevo y aplica la misma tonalidad que en el fondo de caja, buscando un nivel de matiz idéntico y un juego de luces que es posible gracias al trabajo artesanal realizado por el grabador.