Una forma de alegrarse las horas es con los colores del Oyster Perpetual Day-Date 36 de Rolex, que reformula con creatividad uno de los modelos más emblemáticos.
Fabricados en oro amarillo, blanco o Everose de 18 quilares, la ventana de las 12 h muestra una emoción cotidiana, aportando un toque inesperado al día a día, con la posibilidad de adaptar la lectura del tiempo un estado de ánimo, con la inscripciones Love, Happy, Peace, Hope, Eternity, Gratitude y Faith. En la ventana de la fecha muestra un repertorio de emociones, representadas por 31 emojis especialmente diseñados para el modelo.
Las horas se materializan mediante 10 zafiros talla baguette en seis tonalidades diferentes cuya disposición varía en función del color dominante en la esfera: azul turquesa en la modalidad de oro amarillo de 18 quilates y en la de oro blanco de 18 quilates (foto inicial); anaranjada en la de oro Everose de 18 quilates.
Las nuevas modalidades del Day-Date 36 están equipadas con el calibre 3255, un movimiento a la vanguardia de la tecnología relojera. Como todos los relojes Rolex, el Oyster Perpetual Day-Date 36 cuenta con la certificación de Cronómetro Superlativo, que garantiza su excelente rendimiento en la muñeca, además de una hermeticidad de 100 metros.
La esfera, con un motivo colorido e inédito, evoca la idea de que, día tras día, se construye el puzle de la vida y que cada pieza simboliza un momento clave de la existencia.
El modelo está dotado del brazalete President en oro amarillo o blanco de 18 quilates para las esferas azul turquesa con motivo puzle, o de oro Everose de 18 quilates para las esferas anaranjadas con motivo puzle. Creado especialmente para el lanzamiento del prestigioso Oyster Perpetual Day-Date en 1956, este brazalete de tres elementos, fabricado exclusivamente en oro de 18 quilates o en platino 950, todavía hoy se reserva al Day-Date, así como al Datejust en metal precioso.
El brazalete está dotado de un elegante cierre desplegable invisible Crownclasp e incorpora, en el interior de los eslabones, inserciones de cerámica –diseñadas y patentadas por Rolex– para aumentar su fluidez de uso y su longevidad.
Testimonio de la excelencia del savoir-faire de los relojeros de Rolex, este resultado se ha obtenido gracias a la minuciosa y exigente técnica del esmalte champlevé. Las formas así creadas dibujan una apariencia de múltiples tonalidades –azul turquesa, rojas, fucsia, anaranjadas, verdes y amarillas–, reflejo de todas las facetas que componen el puzle de nuestra vida.