El hidrógeno ofrece a la aviación un camino hacia las operaciones con bajas emisiones de carbono, pero su combustión produce estelas de vapor como el combustible para aviones convencional.

Las estelas de hidrógeno, sin embargo, difieren significativamente. No contienen hollín ni óxidos de azufre, pero sí óxidos nitrosos y mucho vapor de agua: hasta 2.5 veces más que las estelas de queroseno. Ambas se consideran emisiones que impactan al clima y, como tales, la industria aérea tiene el deber de abordarlas.

Por ello, como parte del proyecto ZEROe, Airbus se comprometió a estudiar la composición de estas estelas de hidrógeno poco comprendidas. Utilizando un planeador Arcus-J modificado, el proyecto Blue Condor de Airbus UpNext tomará un pequeño motor de combustión de hidrógeno a una altura de hasta 9 mil metros y comparará sus emisiones con las de un motor de queroseno de tamaño similar, volando junto a él un segundo avión. Ambos planeadores son operados por The Perlan Project, mientras que el motor de hidrógeno fue ensamblado por la empresa alemana Aero Design Works.

 

Amura,AmuraWorld,AmuraYachts, A una altura de hasta 9 mil metros, un pequeño motor de combustión de hidrógeno comparará sus emisiones con las de un motor de queroseno de tamaño similar. A una altura de hasta 9 mil metros, un pequeño motor de combustión de hidrógeno comparará sus emisiones con las de un motor de queroseno de tamaño similar.

 

Blue Condor ha entrado ahora en su fase de pruebas de vuelo. A finales de 2023, un ensayo con duración de unos 30 minutos tuvo como objetivo era aumentar el empuje del motor de hidrógeno a 2,100 metros, estabilizando al mismo tiempo el avión a diferentes velocidades. Desde entonces se han realizado dos intentos más, que incluyen un arranque de motor a 3,000 metros.

El equipo de Blue Condor planea realizar una primera operación de estudio de estelas durante la ventana de clima frío de Nevada a principios del 2024. Luego, el Arcus-J será remolcado a una altitud de prueba por un avión Grob Egrett instrumentado por el laboratorio aeroespacial alemán DLR. Este aparato de "persecución" lo seguirá, utilizando sensores para recopilar y analizar datos atmosféricos y las estelas.

El vuelo promete ser un gran paso para mejorar la comprensión del impacto climático del hidrógeno y, en última instancia, para alcanzar el objetivo ZEROe de Airbus que entrará en servicio en 2035.