Blancpain mostró el modelo Villeret Quantième Perpétuel, vestido con una caja de oro rojo, con la primera esfera de un tono verde.
Tomando su ADN del pueblo de Brassus, bordeado de verdes abetos al que debe su nombre y del saber hacer de Blancpain, la colección Villeret simboliza el valor de la autenticidad.
Atemporal, encarna el fuerte vínculo entre la Manufactura y las extraordinarias complicaciones de la relojería mecánica suiza. Fiel a este espíritu, el calendario perpetuo es un calendario complejo que ajusta automáticamente la fecha para tener en cuenta las variaciones de los meses y los años, incluidos los bisiestos.
Auténtica memoria mecánica, no necesitará ningún ajuste hasta febrero de 2100, mes que no será bisiesto debido a una excepción que se produce tres de cada cuatro siglos en el calendario gregoriano.
En Blancpain, este tipo de mecanismo presenta también una fase lunar a las 6 h, reconocible por su expresión única. La introducción de las fases lunares en la marca allanó el camino a muchas otras complicaciones, en particular el calendario perpetuo.
En este año bisiesto 2024, la Manufactura demuestra una vez más su maestría desvelando su nuevo modelo Villeret Quantième Perpétuel. Accionado por el movimiento automático 5954, tiene una reserva de marcha de 72 horas y ofrece una vista sin obstáculos de su meticuloso acabado, su masa oscilante de panal de oro rojo y su espiral de silicio, gracias a un fondo de cristal de zafiro.
Luciendo una elegante esfera verde con efecto rayos de sol, su color recuerda los bosques de abetos del Valle de Joux, donde los relojeros del taller de Grandes Complicaciones producen este calendario.
La correa marrón de piel de caimán evoca la tierra y su generosidad, que ha permitido el desarrollo de la excelencia relojera a lo largo de muchas décadas. Para completar el conjunto, la caja de double pomme de 40 mm característica de la colección Villeret, así como los índices y las agujas, son de oro rojo, lo que añade un toque de contraste a la estética de la pieza.