Las bellezas del círculo ártico

La información disponible data de mediados del siglo 20 y principalmente nos comunica el significado de la caza comercial de ballenas. Científicos rusos han fragmentado los datos en base a sus estudios y aquellos de colegas extranjeros, principalmente de Noruega, los Estados Unidos y Canadá. 

Es importante recalcar que no hay información sobre la ruta migratoria de estos animales y sus lugares principales de congregación han cambiado según las alteraciones climáticas; el derretimiento de hielo, permutas en el régimen de los ríos del norte, conversiones en la hidrología del océano Ártico y los cambios determinados por la migración de peces. Cabe resaltar que no hay datos del impacto realizado por el hombre tanto en la biota como en los mamíferos marinos. 

 

Conociendo los hechos 

La falta de información se ha vuelto un obstáculo serio para Rusia cuando de proveer argumentos científicos se trata, así como para mantener su posición en el tema de gerencia eficaz natural. También ha habido problemas con las relaciones de organizaciones y varios tratados internacionales como lo son la  International Whaling Commission (IWC), International Council for the Exploration of the Sea/Northwest Atlantic Fisheries Organisation (ICES/NAFO), Mixed Russian-Norwegian Fishery Commission, acuerdos con los Estados Unidos, etcétera.

En 2005 y 2006, los Estados Unidos, por ejemplo, hizo un estimado del total de población de mamíferos marinos en sus aguas. Noruega y Japón también tomaron una postura activa en el estudio y monitoreo de mamíferos marinos más allá de sus mares.

 

 

 

En los últimos 10 años los países mencionados se han acercado repetidamente a Rusia con solicitudes de permiso para permitir a sus navíos la conducción de varias investigaciones en sus mares y la Zona Económica Exclusiva Rusa. En muchos casos las autorizaciones apropiadas fueron emitidas y las investigaciones llevadas a cabo, mismas que han derivado en situaciones incómodas, ya que al parecer los expertos foráneos parecían estar mejor informados en la distribución de rango actual de los animales y los números de mamíferos marinos que viven en aguas rusas que sus colegas patrios. 

Un  “Pan-Arctic Tracking of Belugas” o Programa PATOB había sido desarrollado a tiempo para el Año Polar Internacional (2007 y 2008),  en este, varios científicos nacionales han sido cuestionados sobre las poblaciones de beluga en Rusia, país que ocupa un considerable número de la población mundial de estos ejemplares. 

La investigación en la migración de la ballena blanca resulta esencial para entender los cambios en sus números dentro de cada región. También nos ayuda a entender de mejor manera la relación entre varias poblaciones de mamíferos viviendo en un mar o bien, de varias demografías que habitan océanos distintos.

El Ministerio de Defensa de Noruega, por ejemplo, provee recursos para investigaciones zoológicas de la migración de la ballena blanca en el Mar de Barent y el Mar Blanco basándose en rastreo satelital mediante etiquetación. 

 

Manos a la obra

La etiquetación es complementada con varios sensores de rastreo que dan información única en su tipo de oceanografía, como lo son: temperaturas, salinidad, corrientes, direcciones, etc. Tal data puede ser obtenida mediante ubicaciones de acceso complejo y singular; con fondos considerables siendo ahorrados.

La caza de ejemplares de ballena blanca para cualquier propósito (sea ballenaje comercial o la captura de especímenes vivos para ser mostrados en acuarios) puede ser resuelta sin involucrar una gran medida de investigación; patrones migratorios, salud o toxicología.

 El número actual de ballenas blancas es solo conocido por su exposición en el Mar Blanco, la primera locación en la que se encontraron estos mamíferos en el siglo 9 o 10. 

 

 

La investigación científica dentro de este mar comenzó hace siglos y fue enfocada de manera determinante en su abundancia (el rastreo de la población de ballenas blancas es monitoreado por tierra, mar y aire)

 El objetivo principal de la exploración estima la abundancia de ballenas blancas dado el uso industrial subsecuente. 

En su mayoría, grandes grupos de manadas pudo ser rastreado implementando métodos de rastreo desde barcos y aviones. Tales métodos permiten a los investigadores recopilar el entendimiento necesario de la vida cotidiana de las belugas y estimar sus números de manera adecuada.

Varias metodologías han sido usadas para evaluar la condición en la que la población de ballenas blancas se ha desarrollado y aplicado, sin embargo, debido a la incompatibilidad de los métodos, diferentes tiempos de investigación y acercamientos inconsistentes han hecho prácticamente imposible hacer un estimado total del número de belugas dentro del Mar Blanco o monitorear el cambio en su población, del mismo modo, no se ha podido llegar a ninguna conclusión general. 

 Las observaciones de la migración de belugas se iniciaron en 1930 y eran llevadas a cabo desde estaciones fijadas en la costa del Mar Blanco y a través de los estrechos que conectan el Mar de Barent y los Mares de Kara, mismos que han puesto el número de  6,000 a 8,000 ballenas blancas divisadas durante el verano. Más tarde, un número de investigadores (G. Matishov, G. Ognetov en 2006; Kleinenberg et al. en 1960, 1964, 1964) contaron animales desde los puntos de observación costales y analizaron sus encuentros. Los resultados demostraron que el número total de estos mamíferos abarcaba un rango significativo entre los cientos y miles, dependiendo el año, estación y punto de observación. 

 

 

Conociendo los retos

Existen dos razones del porqué es extremadamente difícil comparar todos los resultados de dichas investigaciones con el fin de identificar los números de ballenas belugas o sus dinámicas cifras. En primer lugar, las belugas viajan demasiado, cubriendo amplias distancias. En segundo lugar, los investigadores han hecho anotaciones en varios puntos de observación durante periodos de tiempo muy variables, por lo cual frecuentemente su trabajo toma más de un mes en completarse. Cuando un número de ballenas blancas es encontrado desde el punto fijo en la costa, no puede haber un mamífero descartado o contado dos veces, ya que esto desacredita la veracidad del método. 

En la década de 1970, encuestas costeras, aviones y embarcaciones fueron más ampliamente utilizados para fines de investigación del mar. El seguimiento especializado de las poblaciones de cetáceos desde embarcaciones es un esfuerzo complicado y costoso, por lo tanto el seguimiento de la población de ballena blanca en el Mar Blanco desde las embarcaciones a menudo se llevó a cabo en conjunto con ictiológica, investigación hidrobiológico y otras.

 La última, y quizá la investigación más eficaz se llevó a cabo con aviones, pero el tiempo, las observación y el seguimiento de las líneas era tan diferente que es imposible rastrear los cambios en los procesos que se están estudiando y comparando.

En junio y julio de 1957, Vsevolod Belkovich utilizó las encuestas de población aérea para demostrar los detalles de los rangos de distribución de las ballenas en el Mar Blanco, Kara y Barents, así como el sexo y la edad de la estructura de los grupos. De julio a septiembre de 1967, Yu. Timoshenko, llevó a cabo reconocimientos aéreos de los rangos de distribución de las ballenas blancas en el Mar Blanco, Kara y Barents, y así poder ver grupos de 25 a 1000 en varios lugares. En diciembre de 1960, Yu. Nazarenko estudió rangos de distribución invernal de belugas en el Mar Blanco y en la parte oriental del Mar de Barents. Logró detectar visualmente alrededor de 2.000 a lo largo de la costa oriental de la isla de Kolguyev.

 La primera metodología de la encuesta de población aérea fue desarrollada a finales de 1970 (G. Matishov, G. Ognetov, 2006). Sobre la base de esta metodología, en el período 1971-1980 se estimó que la población de la beluga en el Mar Blanco debía de ser de 232 a 1570 ejemplares. 

Debido a la alta movilidad de los animales, así como los cambios estacionales anuales y diarios en su área de distribución, los intentos de estimar el tamaño de la población de ballena blanca  estaban plagados de problemas que son evidentes por las discrepancias en los resultados y las dificultades de los investigadores al deducir conclusiones generales.  

 

 

Un resultado inesperado

En los últimos años las encuestas de ballenas blancas han iniciado de manera uniforme en el Mar Blanco, en el período en el que el número de las belugas no está en su apogeo (Glazov et al, 2006;. Glazov et al, 2007). La investigación llevada a cabo proporcionó datos de seguimiento adecuados y sirvió como plataforma para la elaboración de recomendaciones metodológicas para la realización de encuestas a la población de ballenas blancas con el uso aéreo como única opción.  

Un acercamiento más metodológico y nuevo fue aquel realizado en el ártico, donde varias belugas han sido vistas en un ecosistema que funciona como indicador de especies; mismo que ha sido desarrollado e implementado (Glazov et al., 2006): deduce con una vasta experiencia global en registro de poblaciones cetáceas y toma en cuenta la cantidad de cambios climáticos que han ocurrido en el ártico durante los últimos años. En 2005 y 2007 este método fue utilizado para rastrear el número de belugas en el Mar Blanco  y así poder identificar sus rangos en el sitio (Glazov et al., 2006; Glazov et al., 2007). Los resultados del tratamiento electrónico de datos mediante un reconocimiento aéreo, mostraron que en los meses de verano la población de ballenas blancas varió entre 5500 y 7500, mucho más de lo que se creía. 

Los esfuerzos para evaluar las poblaciones de ballenas blancas en el Mar de Barents, los Mares de Kara y el Lejano Oriente han sido desde hace mucho tiempo abandonados y el número de ballenas blancas actuales no son desconocidos.

 

 

Texto: Russian Academy of Science through the Whale Program ± Foto: BROAD VAST/ JOANNA VALE/ SHEDD/ STOV/ RAFAEL MATEO/ R. STOV