Tras la huella de una esperanza
Los ecosistemas mundiales han permanecido en constante transformación a través de los tiempos, pero en el último siglo la intervención humana ha determinado y precipitado cambios que afectan notablemente la subsistencia del planeta, vulnerando la supervivencia de algunas especies. Afortunadamente hay esfuerzos que debemos celebrar.
El Parque Nacional Marino de Alonissos fue el primero en Grecia y es la zona oceánica protegida más extensa de Europa con 2,200 km2 aproximadamente, situado en el Mar Egeo, en el archipiélago conformado por las Islas Espóradas Septentrionales.
La limitada cantidad de interferencia humana y el buen estado del medio ambiente son ideales para la presencia de diversos cetáceos y otras especies de mar y de tierra: el delfín listado (Stenella coeruleoalba), el delfín común de hocico corto (Delphinus delphis), el delfín nariz de botella (Tursiops truncatus) y el calderón gris (Grampus griseus); el cachalote (Physeter macrocephalus); el calderón de aleta larga (Globicephala melas); el zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris); y la orca (Orcinus orca).
En el Parque también se crían aves como el águila-azor perdicera (Hieraaetus fasciatus); el halcón de Eleonora (Falco eleonorae); el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis); la pardela cenicienta (Calonectris diomedea), la pardela mediterránea (Puffinus yelkouan); la gaviota patiamarilla (Larus cachinnans) y la gaviota de Audouin (Larus audouinii). En la isla de Kyra Panagia hay una población de tortuga marginada (Testudo marginata), y todavía es posible ver coral rojo (Corallium rubrum) y praderas de Posidonia en el fondo marino.
Al auxilio de la vida
Los principales esfuerzos en el Parque Nacional Marino de Alonissos están dedicados al cuidado, atención y estudio de una de las últimas poblaciones de focas monje del Mediterráneo (monachus monachus), la cual desgraciadamente figura en la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza como una de las diez en mayor riesgo de extinción; por lo que es una prioridad mundial en los programas sobre especies amenazadas. Existen referencias a la foca monje del Mediterráneo en los textos de Homero, Aristófanes y Plutarco, así como en los escritos de los poetas romanos Ovidio y Virgilio. Aristóteles fue el primero en describirla en su Historia de los animales.
El Parque Nacional Marino de Alonissos prioriza la investigación científica. Los especialistas a cargo han conseguido sensibilizar a los habitantes locales para proteger el medio ambiente. También ahí se encuentra Steni Vala, un pequeño puerto natural donde atracan los pesqueros y las embarcaciones de recreo; en el lugar se ha desarrollado un típico poblado griego, con establecimientos y alojamientos turísticos. Aquí se encuentra un centro de rescate y rehabilitación, encargado del cuidado de las focas heridas o huérfanas hasta que puedan ser reintegradas a su medio natural. Los resultados de las investigaciones sirven para diseñar medidas eficaces de conservación para lo cual trabajan en conjunto con autoridades nacionales y con la comunidad científica internacional.
Patitiri es la capital de Alonissos, la única isla habitada de todas las que componen el Parque. Desde el puerto hay servicio de ferry y catamarán hacia varios destinos: Volos, Agios Konstantinos, Tesalónica en el continente, así como a las islas de Skiathos, Skópelos y Skyros. Las aguas cristalinas de su litoral han sido consideradas las más limpias del Mar Egeo. Constituyen un auténtico paraíso para la navegación, con abundantes playas, bahías y rincones solitarios. La navegación privada es la forma ideal para visitar la zona, ya que no existen aeropuertos en las Islas Espóradas.
Quienes visiten el parque tal vez logren ver a una hermosa foca monje; sin embargo, desde donde quiera que estemos, podemos hacer el ejercicio de imaginarla y sentir su llamado de alerta.
Texto: Ma. Del Carmen Hernández ± Foto: SUMMERGRECE / shutterstock / ignacio b / Royalty Free license / maxresdefault / Photo_Library / RKA / RDOS / Royalty Free license