Según Health Effects Institute, en 2021 hubo 8.1 millones de muertes debido a la contaminación del aire.

Ante esto, Naciones Unidas designó en 2020 el 7 de septiembre como el Día Internacional del Aire Limpio por un cielo azul, para crear conciencia e impulsar la acción en la lucha contra la contaminación del aire. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) afirma que además de los fallecimientos, la contaminación del aire devasta la vida y la salud de miles de millones de personas, comenta Simón Torkington del Foro Económico Mundial, FEM.

Las partículas microscópicas (conocidas como PM2.5) son el mayor peligro para la salud humana, según un estudio de la Universidad de Chicago, que afirma que su impacto en la esperanza de vida "es comparable al del tabaquismo, más de 4 veces superiores que el del consumo elevado de alcohol, más de 5 veces que el de las lesiones causadas por el transporte, como los accidentes de tráfico, y más de 6 veces que el del VIH/SIDA".

El PNUMA reporta que el día “tiene como objetivo crear una comunidad mundial de acción, alentando a los países a colaborar en la lucha contra la contaminación del aire para proteger nuestros ecosistemas.

 

¿Por qué es importante?

La mala calidad del aire es la mayor amenaza externa para la salud, según el Índice de Calidad del Aire y de Vida (AQLI por sus siglas en inglés), que ha desarrollado una herramienta para calcular cuánto tiempo más vivirían las personas si pudieran respirar aire limpio. Por ejemplo, la plataforma sugiere que quienes viven en partes del norte industrial de la India vivirían 6.8 años más si el aire fuera seguro para respirar.

Pero no son sólo las zonas muy contaminadas las que se ven afectadas por la mala calidad del aire. El AQLI afirma que cada individuo ganaría un año y 11 meses de esperanza de vida si las partículas finas en la atmósfera se redujeran a los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud.

Qué debemos saber sobre la contaminación del aire

▪ Carbono negro en el Ártico. El Ártico se está calentando cuatro veces más rápido que el resto del planeta, derritiendo las capas de hielo y el permafrost (terreno congelado al menos dos años), lo que a su vez libera más gases de efecto invernadero. Una causa importante de esto es la liberación de partículas de carbono negro (procedente de la quema de combustibles fósiles) a la atmósfera.

Estas diminutas partículas pueden desplazarse miles de kilómetros y los investigadores han descubierto que están oscureciendo los campos de nieve de la Antártida. La nieve contaminada con carbono negro absorbe más luz solar y la convierte en calor, lo que derrite la nieve a un ritmo más rápido.

▪ La reforma de los subsidios puede hacer que nuestro aire sea más limpio. Los combustibles fósiles son una fuente importante de contaminación por PM2.5 y los gobiernos gastan más de 600 millones de dólares al año en subsidios a los combustibles fósiles, dinero que podría utilizarse para ayudar a resolver el problema.

▪ Los datos abiertos son vitales para mejorar la calidad del aire. Es posible mejorar la calidad del aire, pero es necesario disponer de datos abiertos y verídicos a los que el público pueda acceder. Preguntar a las empresas de sensores de calidad del aire sobre sus políticas de datos puede promover los derechos de propiedad de los datos de los consumidores y permitir se hagan públicos más datos.

▪ La acción sobre la contaminación del aire reduce los peligros. La Unión Europea tiene como objetivo disminuir las muertes prematuras causadas por la contaminación por partículas finas (PM2.5) en un 55% para 2030 (en comparación con las cifras de 2005).

Para alcanzar esta meta, la UE ha puesto en marcha la Directiva sobre Compromisos Nacionales de Reducción de Emisiones, cuyo propósito es reducir los contaminantes más peligrosos. Si bien la contaminación atmosférica en general ha aminorado en las últimas dos décadas, la UE afirma que sigue siendo el mayor riesgo ambiental para la salud.

Las ciudades de Suecia, Portugal y los países nórdicos encabezan la clasificación de los niveles más bajos de contaminantes PM2.5 que pueden resultar mortales. En el otro extremo de la escala, Cremona, Italia (23.3 μg/m3, microgramo por metro cúbico), Nowy Sącz, Polonia (24 μg/m3) y Salvonski Brod, Croacia (26.5 μg/m3) tienen los niveles más altos de contaminación atmosférica por PM2.5 en Europa.