Jackson Hole, ubicado entre el Yellowstone National Park y el Grand Teton National Park, al noroeste de Wyoming, es conocido por sus paisajes, cálidos hospedajes y amplias pistas de esquí.
No es de extrañar que esta zona atraiga a miles de visitantes cada año, entre ellos, a la manada de alces de Jackson, el grupo invernante más grande de esta especie del mundo.
A medida que bajan las temperaturas en las montañas cercanas, la manada inicia su viaje al National Elk Refuge, situado justo al norte de Jackson, la principal ciudad de la zona.
Esta área ofrece condiciones más tolerables que las del Yellowstone National Park, Grand Teton National Park y Bridger-Teton National Forest, donde suelen habitar los alces; la nieve no es tan profunda y el alimento es más fácil de conseguir.
Lori Iverson, especialista en servicios de extensión y de los visitantes del Servicio de Pesca y Fauna Silvestre de Estados Unidos, afirma que miles de alces migran a ese sitio privilegiado cada año. En el refugio, personal amante de los animales se encarga de alimentar y cuidarlos.
Donde hay alces, suele haber depredadores en los alrededores, cumpliendo el ciclo de la vida. “Casi siempre se ven coyotes en los viajes en trineo o cuando caminas por el refugio. También vemos lobos, aunque son un poco más difíciles de divisar,” señala Iverson. Asimismo, el lugar cuenta con una gran población de carneros que invernan en barrancos rocosos para mantenerse alejados de sus depredadores.
Al igual que un hotel, el refugio solo puede acoger a una cantidad limitada de ejemplares a la vez. Con una superficie de aproximadamente 10,000 hectáreas de hábitat de primera clase cerca del pueblo turístico de Jackson, el sitio alberga cómodamente a 5,000 alces, aunque puede llenarse en algunos años. Iverson señala que “el año pasado, que fue un invierno bastante duro, teníamos un total de 8,000 individuos”.
Si se visita el refugio entre enero y abril, es muy probable divisar a la manada, aunque no siempre es fácil predecir la fecha en que volverán a los parques nacionales; en algunas veces su partida se adelanta a marzo.
Una manera de ver a los ejemplares de cerca es dar un paseo en trineo tirados por caballos por la zona donde está la manada, lo que te permite encontrarse cara a cara con estos monumentales mamíferos. Si se prefiere evitar la excursión guiada, puedes verse a la manada desde Elk Refuge Road, la carretera principal que atraviesa el refugio.
Foto: Lori Iverson/Servicio de Pesca y Fauna Silvestre de Estados Unidos