La startup británica Real Ice está probando una original idea para frenar el deshielo en el Ártico: usar drones submarinos que bombeen agua de mar ultrafría sobre el hielo existente para “recongelarlo”.
La empresa trabaja junto al Centro de Reparación Climática de la Universidad de Cambridge, con el objetivo de frenar el calentamiento global que afecta la región.
Los drones, que funcionarán con hidrógeno verde (una energía limpia), perforarán el hielo y rociarán agua de mar muy fría sobre la superficie, formando nuevas capas de hielo. Según Andra Ceccolini, CEO de Real Ice, las primeras pruebas han demostrado que esto coadyuva a engrosar el hielo y mejorar su capacidad de reflejar la luz del sol, clave para mantener las temperaturas frías en la región.
''Estamos intentando crear una industria de producción de hielo''.
Simon Woods, presidente ejecutivo de Real Ice.
El Ártico se calienta cuatro veces más rápido que el resto del planeta. Algunos expertos indican que si el hielo sigue desapareciendo, el océano abierto absorberá más calor, acelerando aún más el cambio climático. Restaurar el hielo podría ralentizar este ciclo peligroso y proteger al mundo de temperaturas más extremas.
Llevar esta tecnología a gran escala para cubrir el vasto territorio del Ártico costaría unos 10 mil millones de dólares anuales. A pesar del costo, el equipo de Real Ice insiste en que esta inversión es necesaria para evitar que el Ártico se quede completamente sin hielo en la próxima década.
La idea de “recongelar el Ártico es innovadora, ambiciosa y ofrece esperanza. Sin embargo, todavía queda un largo camino para que esta solución se convierta en una realidad a gran escala.
De no abordarse el problema del derretimiento del hielo marino, se corre el riesgo de producirse un “evento de océano azul” en el que el hielo marino del Ártico desaparezca por completo. Este es un punto de inflexión con consecuencias globales catastróficas.
Al igual que reforzar los bosques plantando árboles, reemplazar el hielo marino es un elemento fundamental para restaurar nuestro mundo natural. Al tiempo que tomamos medidas para reforestar la Amazonia y otras selvas tropicales en riesgo, también deben tomarse medidas para volver a congelar el Ártico.
A través de su investigación, Real Ice pretende proteger a las comunidades globales y locales de los efectos drásticos del calentamiento del Ártico y, además, ayudar a preservar la biodiversidad natural de un ecosistema crítico.
Cómo funciona
El método AquaFreezing de Real Ice se basa en investigaciones científicas y está diseñado para mejorar el proceso natural de generación de hielo marino (la congelación del agua de mar en hielo marino) basándose en energía renovable de cero emisiones y en dispositivos simples de bombeo de agua.
Al aumentar el espesor del hielo marino durante los meses de invierno y aislarlo con una capa de nieve al final del invierno, permitirá que el hielo marino sobreviva los meses de verano. La solución a largo plazo utiliza tecnología renovable como bombas de agua, pilas de combustible de hidrógeno y vehículos submarinos autónomos.
Real Ice utilizará la generación de energía renovable (eólica o solar) para crear hidrógeno verde. A gran escala, esto puede utilizarse para alimentar drones submarinos para restaurar y preservar el hielo marino del Ártico en regiones remotas del océano Ártico. La comunicación por satélite también se utilizará para facilitar la planificación del rehielo a escala oceánica.
El sistema de bombeo de agua para operaciones a gran escala se realizará mediante un dron submarino con un sistema de energía de pila de combustible de hidrógeno. Dependiendo de la función (fabricación de hielo o nieve) y de las condiciones del hielo (por ejemplo, qué tan bien se distribuye el agua en la zona), permanecerán en posición desde unas horas hasta unos días.
A principios del invierno, se inundará el hielo marino con agua de mar para crear una capa adicional de hielo marino y eliminar la capa de nieve aislante. Al final del invierno, recrearán la capa de nieve para proteger el hielo marino de las radiaciones solares, ayudándolo a durar más tiempo durante los meses de verano.
La central eléctrica de pilas de combustible de hidrógeno es un generador de energía eléctrica portátil diseñado y construido por el equipo del RIDC para su despliegue en el viaje de campo a la bahía de Cambridge.
El sistema se basa en una pila de combustible PEM que convierte el gas hidrógeno y el oxígeno del aire circundante en electricidad. La central eléctrica permitirá al equipo hacer funcionar la bomba de agua sumergible, utilizada para inundar el hielo marino, durante varias horas con un cilindro de hidrógeno.