El tráfico aéreo mundial es responsable de alrededor del 2.5% de las emisiones mundiales de CO₂ relacionadas con la energía.

Con el fin de mejorar la huella climática del sector, la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés), que representa a unas 340 aerolíneas de todo el mundo que representan más del 80% del tráfico aéreo mundial, se ha comprometido a lograr cero emisiones netas de carbono para 2050.

Según la organización con sede en Montreal, Canadá, la mejor manera de que el sector de la aviación alcance su objetivo no será sólo mediante nuevas tecnologías de propulsión y mejoras de la navegación aérea, sino con el uso de combustibles de aviación sostenibles (SAF).

Estos combustibles líquidos se utilizan actualmente en la aviación comercial y pueden reducir las emisiones de CO hasta en un 80%. Como muestran los datos de una reciente previsión, los SAF serán el principal medio por el que la industria podrá alcanzar sus objetivos climáticos para 2050.

 

 

Los SAF pueden producirse a partir de diversas fuentes, como grasas residuales, aceites y grasas, residuos sólidos urbanos, residuos agrícolas y forestales, residuos húmedos, así como cultivos no alimentarios cultivados en tierras marginales.

Son considerados sostenibles porque la fuente o las materias primas "no compiten con los cultivos o la producción de alimentos, ni requieren un mayor uso de recursos como el agua o la tala de tierras y, en términos más generales, no fomentan problemas medioambientales como la deforestación, la pérdida de productividad del suelo o la pérdida de biodiversidad", según la IATA, dirigida desde 2016 por el francés Alexandre de Juniac.

Además de ser sostenible, otra de las grandes ventajas de los SAF es que no es necesario modificar los aviones actuales para utilizarlo.

El principal problema, sin embargo, es el precio: en la actualidad, los SAF son más del doble de caros que el combustible de aviación normal obtenido a partir de combustibles fósiles y sólo están disponibles, hasta le momento, en cantidades limitadas.

Para garantizar que los combustibles sostenibles lleguen al mercado a pesar de estas desventajas, la Unión Europea ha decidido cuotas de mezcla obligatorias para los combustibles sostenibles a partir de 2025 (hacer que al menos un motor funcione con SAF), así como planes para endurecer gradualmente el comercio de emisiones en el sector.