Un enorme agujero de un millón de km² en la capa de ozono del Ártico, detectado durante el año 2020, se ha cerrado. La esperanzadora noticia fue comunicada por el Servicio de Monitoreo Atmosférico Copernicus.
Las causas de este suceso extraordinario podrían ser atribuidas a la disminución de la actividad humana durante el 2020, debido al confinamiento generalizado en el planeta que generó una disminución considerable de la contaminación; sin embargo, los científicos informan que se debió a condiciones climáticas:
“El vórtice polar se dividió, permitiendo un aire rico en ozono en el Ártico, un ciclón persistente a gran escala en la zona ubicado en la media y alta troposfera y la estratosfera.” Fue el mensaje venturoso de este día 2 de enero de 2021, del Servicio de Monitoreo Atmosférico Copernicus, en su cuenta de twitter @CopernicusECMWF.
Los daños en la capa de ozono se relacionan directamente con las emisiones industriales de gases de efecto invernadero que afectan la capa, cuya función es cardinal para la vida en el planeta al absorber el 97% de la radiación ultravioleta de alta frecuencia.
El protocolo de Montreal que forma parte del Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono, con su programa de reducción y consumo de estas emisiones dañinas, implementado a partir de 1989 ha dado resultados positivos pero aún hay un largo camino por recorrer en cuanto a conciencia ambiental y responsabilidad planetaria.