Un análisis que abarcó a más de 86,000 especies de plantas reveló que son más las destinadas a “perder” (extinguirse), en lugar de “ganar” (sobrevivir).
El estudio realizado por John Kress, curador emérito de botánica en el Museo Nacional de Historia Natural del Instituto Smithsoniano, y Gary Krupnick, jefe de la unidad de conservación de plantas del museo, aparece publicado recientemente en la revista Plants, People, Planet, donde se lee: “el hombre ha destruido, degradado y alterado los ecosistemas a gran escala, definiendo qué especies de plantas y animales pueden sobrevivir y persistir, y cuáles se extinguirán, provocando un cambio en el clima de la Tierra”.
Las plantas afortunadas, ayudadas directa o indirectamente por las actividades humanas, tienen probabilidades de sobrevivir y pueden considerarse “ganadoras”, mientras que aquellas que son llevadas a la irrelevancia ecológica o a la extinción por las actividades humanas, son las últimas “perdedoras” en términos evolutivos.
Kress encontró este concepto de ganadores y perdedores evolutivos desde la aparición de los humanos, en los escritos de John McNeill, conocido por ser pionero en el estudio de la historia ambiental, y quería ver si sería posible contar las especies que están ganando y perdiendo ahora y en el futuro. Kress y Krupnick recopilaron y analizaron las plantas de las que había suficiente información, y las clasificaron en ganadoras y perdedoras (útiles y no para las personas, respectivamente).
Es probable que la desaparición de las plantas tenga graves consecuencias para los ecosistemas y la humanidad; producirá la pérdida de diversidad animal y hará que los ecosistemas sean menos resistentes ante las dificultades o el cambio climático.
Aumentó la clasificación
Además, Kress y Krupnick crearon otras cuatro categorías: especies que parecían tener probabilidades de ganar o perder en el futuro se consideraron ganadoras tentativas o posibles perdedoras, y plantas que no parecen estar ganando o perdiendo en el presente se clasificaron como neutrales. Una cuarta y última categoría incluía 571 ya extintas.
Para ubicarlas, revisaron bases de datos que enumeraban plantas en riesgo de extinción, las económicamente importantes como cultivos, invasoras y malas hierbas, y las situadas en peligro de extinción, involucradas en el comercio global legal e ilegal.
En total, los investigadores colocaron 86,592 plantas, en apariencia una gran cantidad, pero en realidad es un poco menos del 30% de las casi 300,000 especies conocidas, al no existir suficientes datos para categorizar el 70% restante de la diversidad vegetal global.
El análisis reveló que los perdedores superan en número a los ganadores, y es probable que así continúe en el futuro si el impacto humano en el planeta mantiene su trayectoria actual. Kress y Krupnick clasificaron 20,293 plantas como perdedoras, y la gran mayoría se identificaron como no útiles para las personas. Por el contrario, los investigadores encontraron solo 6,913 especies ganadoras, y de todas, menos de 165 tenían algún uso humano.
En el futuro, se prevé que las perdedoras sigan superando a las ganadoras, con 26,002 especies en la categoría de perdedoras potenciales en comparación con 18,664 como ganadoras provisionales.
Tres de los linajes con mayor riesgo de extinción son las cícadas, que habitan en el planeta desde hace 280 millones de años, la familia de los cipreses (secuoyas y enebros) y una antigua familia de araucariales (coníferas), que se encuentran principalmente en Nueva Caledonia.
“La lista de ganadores muestra que hemos seleccionado ciertas especies que nos son útiles, pero a medida que ese grupo de plantas disminuya en el futuro, la humanidad tendrá muchas menos opciones cuando queramos reforestar el planeta, encontrar nuevos medicamentos o alimentos, o desarrollar nuevos productos”, dijo finalmente Kress.