Un océano verdaderamente protegido es fundamental para la salud del planeta Tierra y sus habitantes.

Para Gema Parkes, quien encabeza el área de comunicación de Ocean Action Agenda del Foro Económico Mundial, el aumentar y fortalecer las Áreas Marinas Protegidas puede ayudar a mejorar la abundancia y la resiliencia de los océanos al mismo tiempo que se cumplen los compromisos acordados a nivel mundial.

“Crear un océano bien resguardado y gestionado de manera sostenible es un desafío difícil”, agrega Parkes. “Pero puede lograrse trabajando juntos a través de las fronteras, y 2023 presenta un conjunto de oportunidades críticas para una acción global significativa. La protección marina es importante por sí misma. “Solo estamos de paso en este mundo y debemos dejar atrás un planeta próspero, al menos tan saludable como cuando llegamos, para los que nos siguen”.

Y continúa en su ponencia: Del mismo modo, un océano protegido de manera efectiva es esencial para las personas y la prosperidad aquí y ahora, y para tener la esperanza de un futuro mejor, más sano y más resistente para las comunidades costeras de todo el mundo.

Resiliencia costera, seguridad laboral, pesca sostenible, turismo equitativo, playas libres de contaminación, energía renovable y mucho más: estos tributos de un océano saludable prometen dividendos ilimitados para la gente y las generaciones venideras. La mejor manera de garantizar el uso sostenible y equitativo de los recursos oceánicos administrados de manera eficaz es mediante el establecimiento y mantenimiento de las Áreas Marinas Protegidas (AMP). Estos salvaguardan la salud de la vida por debajo y por encima de la superficie del océano.

 

Por un océano saludable y productivo

En 2015, los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluido el ODS 14 para el océano, fueron establecidos por todos los Estados miembros de la ONU para servir como un “modelo compartido para la paz y la prosperidad de las personas y el planeta ahora y en el futuro”. Bajo el ODS 14, hay una meta específica para “gestionar y proteger de manera sostenible los ecosistemas marinos y costeros para evitar impactos adversos significativos, incluso mediante el fortalecimiento de su resiliencia, y tomar medidas para su restauración a fin de lograr un océano saludable y productivo”, así como se compromete a abordar la contaminación marina y la sobrepesca en todas sus formas.

En la COP15, la conferencia de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica en 2022, los países se unieron para firmar el Marco Global de Biodiversidad. Se comprometieron a proteger al menos el 30% de la tierra y el océano para 2030, un punto de referencia de protección planetaria solicitado desde hace mucho tiempo conocido como ‘30x30’.

 

Acción oceánica en 2023

En enero pasado, la Agenda de Acción Oceánica del Foro Económico Mundial y Friends of Ocean Action publicaron la declaración Ocean Action 2023, en la que se pedía un progreso continuo y ambicioso para lograr la salud de los océanos a través del conjunto de oportunidades que se avecinan.

La primera de fue el Quinto Congreso Internacional de Áreas Marinas Protegidas (IMPAC5) que tuvo lugar en febrero del 2023 en Canadá, destacado como un paso importante hacia el logro del objetivo 30x30. Ahí se anunció la creación de la primera biorregión marina de Canadá para ayudar a proteger el área de importancia ecológica y cultural de Gwaxdlala/Nalaxdlala en la costa de la Columbia Británica, que, con 133 mil km², es la AMP más grande de Canadá hasta la fecha, que lo pone en camino de proteger el 25% de sus océanos para 2025.

Canadá también prometió una contribución financiera de $30 millones de dólares a la Gran Muralla Azul. Esta financiación para la hoja de ruta impulsada por África y liderada por el océano Índico occidental para lograr un mundo positivo para la naturaleza para 2030 se centrará principalmente en el proyecto Paisajes marinos regenerativos para las personas, el clima y la naturaleza.

Mientras tanto, los miembros de la Organización Mundial del Comercio deben completar la tarea de aceptar formalmente el acuerdo acordado en 2022 para eliminar gradualmente los subsidios a la pesca más dañina, que hasta la entrada en vigor continuarán financiando actividades que conducen a la sobrepesca, aun agotando nuestro los recursos oceánicos y poner en desventaja a quienes dependen de ellos para su supervivencia.

El rumbo que tenemos por delante está plagado de crestas y valles, pero juntos podemos y debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para navegar con esperanza hacia un futuro más brillante para nuestro planeta azul, donde un océano bien protegido y gestionado de forma sostenible está alcanzando su máximo potencial para permitir las personas y el planeta para prosperar, finalizó Gema Parkes.