Pasó otro año, y los delegados de 197 países, junto a organizaciones no gubernamentales, empresas, activistas y demás interesados se reúnen en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023.

Es la edición número 28 de la también llamada Conferencia de las Partes (COP, por sus siglas en inglés), cuya meta es determinar los objetivos y responsabilidades, al igual que identificar y evaluar las medidas a tomar en la lucha contra el cambio climático.

 

 

Una de las tareas principales este año en la COP28 es concluir con el primer Balance mundial utilizado para monitorear el progreso en el logro de las metas acordadas en el Acuerdo de París. Dicho acuerdo establece acciones para la reducción de gases de efecto invernadero (GEI), para así mantener el aumento de la temperatura promedio global por debajo de los 2 °C en comparación con niveles preindustriales, haciendo esfuerzos para limitar dicho incremento a 1.5°C.

De acuerdo con el proyecto científico independiente The Climate Action Tracker, ninguno de los países analizados se encuentra en camino para lograr la meta de conservar el aumento de la temperatura en 1.5 °C, con base a las acciones, metas individuales y políticas implementadas por cada gobierno. Como se muestra en el gráfico, pocas son las naciones, como Noruega, Costa Rica o Nigeria, que han hecho trabajos “casi suficientes” para lograr dicho objetivo.

Las acciones de los integrantes de la Unión Europea, junto con grandes emisores de GEI como Estados Unidos, Reino Unido y Japón, son calificadas como “insuficientes”. Dicha calificación significa que las políticas y compromisos climáticos de un país necesitan mejoras sustanciales para ser coherentes con lo acordado en París, y de seguir así se lograría un calentamiento de entre dos a tres grados.