Los métodos tradicionales no han logrado frenar significativamente la deforestación, pero el enfoque territorial y jurisdiccional podría lograr un uso sostenible de la tierra, para detenerla a la velocidad y escala necesarias.
La eficacia del enfoque territorial y jurisdiccional reside en la colaboración; las empresas deben trabajar con los gobiernos locales, los pequeños agricultores y los pueblos indígenas para garantizar la producción sostenible de productos básicos y abordar los problemas sistémicos, comenta Jack Hurd, del Foro Económico Mundial y director ejecutivo de la Alianza para los Bosques Tropicales.
Quienes viven en ciudades y países que fueron despojados de sus bosques nativos pueden haberse vuelto insensibles a titulares como: "El equivalente a un campo de fútbol de la selva amazónica se pierde cada minuto”.
Pero aquí hay una estadística impactante: lo que comimos y consumimos –incluyendo carne de res, aceite de palma, soya, cacao, café, caucho y fibra de madera– provocó la pérdida de 71.9 millones de hectáreas de bosque entre 2001 y 2015 (área que duplica el tamaño de Alemania).
Desde entonces, la tasa de deforestación apenas se ha desacelerado. En 2023, se perdieron 3.7 millones de hectáreas de bosque tropical primario, lo que provocó 2,400 millones de toneladas de emisiones. Aparte, consideremos la presión de producción de alimentos sobre las tierras forestales, dado que se prevé que la demanda mundial de alimentos aumentará entre 30-62% para 2050. ¿Qué pueden hacer las empresas para ayudar a revertir esta tendencia?
El camino hacia la deforestación está pavimentado de buenas intenciones
En 2014, la Declaración de Nueva York sobre los Bosques se comprometió a reducir a la mitad las tasas de deforestación para 2020, pero tuvo que recalibrarse. En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) de 2021 en Glasgow, 141 países acordaron “detener y revertir la pérdida de bosques para 2030”. Mientras tanto, un grupo del sector privado formado por más de 30 instituciones financieras con más de 8.7 billones de dólares en activos se comprometió a eliminar la deforestación de sus carteras para 2025.
Sin embargo, según el último informe Forest 500, “a pesar de algunos focos de progreso, la acción voluntaria del sector privado no ha logrado generar avances significativos en la deforestación impulsada por las materias primas”. Los riesgos de fracaso son difíciles de sobreestimar. Si no revertimos la pérdida de bosques, no lograremos alcanzar los objetivos de París; existe una comprensión cada vez mayor de que no hay cero neto sin naturaleza.
Y los bosques hacen mucho más que capturar carbono
Albergan más de la mitad de la biodiversidad terrestre del mundo, recargan las aguas subterráneas, filtran el aire, fijan el suelo fértil y actúan como barreras contra inundaciones. Al mismo tiempo, 1,500 millones de personas dependen de los bosques para obtener alimentos, agua y combustible. Están en juego el clima, la naturaleza, los medios de vida y los derechos.
Un informe detallado publicado por la Alianza para los Bosques Tropicales (TFA) explica cómo las empresas, los países y las comunidades pueden trabajar juntos para detener la deforestación. Según la investigación, más de 110 empresas han tomado medidas a nivel de paisaje en los sectores del cacao, aceite de palma, pulpa y papel, carne vacuna y soya.
Cuatro razones por las que las empresas deberían adoptar un enfoque paisajístico
- El cumplimiento es demasiado difícil de garantizar por sí solo. Garantizar el cumplimiento de los compromisos y las regulaciones es un desafío complejo que puede incluir a millones de pequeños agricultores, especialmente en las cadenas de suministro del cacao y aceite de palma. Abordar desafíos sistémicos –como deforestación, tenencia de la tierra, aplicación de la ley, derechos indígenas y locales– requiere colaborar con una amplia gama de actores sobre el terreno, cada uno de los cuales puede efectuar cambios en diferentes partes del sistema.
- Colaborar para lograr un impacto a escala. Las certificaciones voluntarias en aceite de palma, cacao y madera sostenibles cubren sólo entre el 10-20% de las áreas de producción mundial. A medida que se acerca el 2030, lograr resultados a escala es una máxima prioridad.
- Negocios preparados para el futuro mediante la diversificación de las redes de suministro. El enfoque jurisdiccional y de paisaje ofrece a las empresas la oportunidad de ampliar su orientación desde las cadenas de suministro hasta los paisajes, yendo más allá de los productores individuales para interactuar con toda una red de proveedores.
- Reducir la duplicación y aumentar la eficiencia. Al aunar recursos y compartir conocimientos, las empresas pueden ahorrar tiempo y dinero y evitar la duplicación de esfuerzos. Un enfoque territorial y jurisdiccional reduce las “fugas” al evitar que los malos actores cambien a compradores con estándares más bajos. También mitiga las consecuencias no deseadas del EUDR (European Deforestation Regulation), que de otro modo podrían hacer que los compradores abandonen a los pequeños agricultores en favor de productores más grandes y más cumplidores.
Cuando se trata de proteger los bosques, la colaboración entre diversos actores a escala del paisaje es la nueva dirección a seguir, y está ganando ritmo. Con más de 110 empresas importantes ya comprometidas con un enfoque jurisdiccional y de paisaje, así como gobiernos, ONG y miles de agricultores en países productores, un enfoque de paisaje ofrece nuestra mejor oportunidad para detener y revertir la deforestación impulsada por los productos agrícolas