Ningún reloj anda más: El nuevo reloj de cuerda manual de A. Lange & Söhne alcanza una reserva de marcha de un mes. Por lo cual fue nombrado LANGE 31. Otra innovación, un mecanismo de reajuste de la tensión se hace cargo de que el accionamiento sea constante durante todo el tiempo de marcha. Y para ello Lange ha dado vida de nuevo a la cuerda de llave.
El paso de la luna de su fase creciente a su fase menguante y viceversa siempre ha fascinado a los seres humanos. Tanto les ha fascinado, que ya los más antiguos calendarios convirtieron el periodo de tiempo que va de luna nueva a luna nueva en la base para sus cálculos del tiempo. Fabricar un reloj de pulsera mecánico con una reserva de marcha de un mes completo, y que además mantenga la estabilidad de marcha durante todo este periodo, era uno de los pocos récords que todavía no se habían establecido en la relojería. Ahora, con el LANGE 31, ya se ha logrado.
Un nombre programático para un paquete de energía con una autonomía de marcha, inconcebible hasta la fecha, de 31 días con un accionamiento constante. Esta reserva hace que el año horológico se resuma en darle 12 veces cuerda.
Para poder almacenar tanta energía, el LANGE 31 posee dos barriletes colocados el uno sobre el otro con un diámetro interior de 25 milímetros. Este vistoso doble barrilete ocupa tres cuartos de la superficie del mecanismo. Los dos resortes de la cuerda, cada uno con 1.850 milímetros, son de cinco a diez veces más largos que los utilizados habitualmente en los mecanismos de los relojes de pulsera mecánicos. La energía así almacenada bastaría para levantar 320 centímetros una tableta de chocolate suizo de 100 gramos. Dar cuerda a unos resortes tan poderosos con la delicada mecánica de una cuerda de corona llevaría muchísimo trabajo. Por eso, los ingenieros de Lange se acordaron de la «tecnología de llave» empleada en los antiguos relojes de bolsillo.
El LANGE 31 cuenta con una caja dividida en tres partes de platino con cristal de zafiro antirreflejos y fondo transparente de zafiro. Esfera de Plata Maciza rhodie. Agujas de oro rodinizado y correa de piel de cocodrilo cosida a mano.
Texto: Rafael Luna Grajeda ± Foto: Cortesía de A. Lange & Söhne