Milán, Barcelona, Buenos Aires, París, Manhattan. La moda está viva, se adapta a los cambios de estación y mejora. El verano se viste de volátil sensualidad, ajustada la de hombre y libre la de mujer. Finos materiales naturales, tonos de una reposada alegría, de una seguridad íntima. Los imaginativos accesorios acompañan a la moda este año, como pocos, en su tránsito: liviandad, acentos de simpático atrevimiento, naturaleza y un excelente gusto.

Otoño es transición de lo abundante a lo frugal; la energía del sol va quedando atrás y la vida se prepara para el recogimiento obligado del frío. Pero en la moda, como en las miradas, queda un claro rastro de la alegría estival. La amplitud cromática de las prendas veraniegas es suplantada por la imaginación de los cortes otoñales y el mundo de la moda recibe, una vez más, un aliento que le impulsa más y más y más. Así es la naturaleza, la gran reguladora.

 

 

 

 

 

Texto: AMURA ± Foto: Hessen Yachts, Cortesía de las marcas