El Oporto pertenece a un género de vinos llamados Fortificados. El nombre deriva del proceso de elaboración que involucra agregar un destilado o aguardiente de uva al jugo o mosto, mientras se está fermentando con el objeto de frenar este procedimiento dejando azúcar residual -no convertida- y un nivel más alto de alcohol, es decir, un alcohol más fortalecido.
El producto final es un vino fortificado con un volumen de alcohol del 16 por ciento en promedio, con un sabor abocado dulce.
Son varias las uvas que se utilizan para este estilo de productos, entre ellas: Tinta Roriz, Touriga Nacional, Tinta Cao, Touriga Francesa, Periquita, Malvasia, Robigato, entre otras. Los estilos de oporto pueden ser blancos, que recuerden frutas blancas pacificadas y las uvas pasas blancas. Rosados, que evocan los arándanos secos y las confituras de frambuesas. Tintos, dentro de los cuales hay dos clasificaciones: Ruby y Tawny, con sabores y aromas que recuerdan a la uva pasa, la ciruela pasa, el dátil, los frutos negros confitados y los frutos secos.
La ciudad de Oporto en Portugal, es la zona que se privilegia de elaborar este estilo de vinos, por lo cual la denominación de origen es privativa de esta zona.
Maridaje: chocolate y quesos azules son considerados los mejores elementos de armonización de los oportos. Otras opciones son: naranja confitada y cristalizada, tiritas de naranja caramelizadas con chocolate. Frutos rojos, cerezas jubilée, plátanos flameados, crepas suzette, panques, clafoutis e higos.
Texto: La Europea ± Foto: Bp