Tradición berlinesa desde 1811

¿Es demasiado predecible pedir un Wiener Schnitzel en un restaurante en este punto del mapa? Eso podría pasar por la cabeza mientras se entra a este lugar de cocina tradicional y se observa el domo de la catedral alemana en Gendarmenmarkt Square, uno de los espacios más hermosos de esta ciudad, apreciable a través de la ventana del restaurante. Este sitio es ya una institución de Berlín, y su apertura fue en 1811; en sus inicios, este colorido espacio fue una tienda de vinos, y gracias a su diversidad y gran selección de viñedos, que se estaban expandiendo en otros lugares de Europa, pronto se convirtieron en los proveedores reales del príncipe de Prusia.

Durante las mejores épocas de Berlín, este lugar recibía desde los grandes directores de cine, hasta los desconocidos actores, pensadores y escritores que creaban una sagaz atmósfera, en tanto que de los cabarets llegaban las estrellas de ópera y las showgirls. Fue cuando las sirenas de Hitler irrumpieron en el ruido de la noche, que el movimiento habitual cesó, sólo para ser abierto una vez más como una pequeña tienda de vino en Charlottenburg.

Nos complace anunciar que su menú no ha cambiado desde 1950 -cuando llegó a la epítome de la fama- y sigue fiel a sus raíces. Aun se pueden pedir los medallones de ternera con romero, o el entrecôte en salsa bearnesa, o la pierna rellena de vegetales en salsa Borgoña. ¿Pero algo imperdible?, el Wiener Schnitzel, algo que todos piden, debido al hecho de que es el mejor de todo Berlín.

Texto: Maria A. Bassaure ± Foto: RESTAURANTS BERLIN / CM4 / Grill Royal