La bailarina que se volvió leyenda
Mata-Hari es el símbolo de la mujer fatal, la más famosa y legendaria de las espías así como… la más sensual.
Despertó pasiones y fantasías como ninguna otra fémina, siempre envuelta en una nube de rumores y misterios, entre humo y espejos Mata-Hari sigue siendo una leyenda fascinante y cautivadora.
Margaretha Geertruida Zelle, mejor conocida como Mata-Hari, nació en Leeuwarden, Holanda el 7 de Agosto de 1876, hija del sombrerero Adam Zelle, apodado El Barón, por sus delirios de grandeza y extravagantes costumbres.
Mata-Hari que significa “Pupila de la Aurora”, inicio su fama de seductora a los quince años de edad en la Escuela Normal de Lyden, donde gran parte del tiempo que pasó allí vivía bajo un acoso constante por parte del director de la institución, que utilizaba todos los medios para ganar su favor, sin éxito.
En 1895 apareció una solicitud en un periódico local, el oficial holandés Rudolf “ John” MacLeod solicitaba esposa, respondió a esta porque sentía una atracción muy fuerte por los militares, de ahí una de sus mas celebres citas, “¡Amo a los militares, los he amado siempre y prefiero ser la amante de un oficial pobre que de un banquero rico!”
Contrajo matrimonio ese mismo año por estar embarazada de su primera hija Louise, se trasladaron a las Indias Orientales, ahí tuvo su primer contacto directo con las danzas nativas del continente.
De vuelta a Amsterdam, en 1903 solicitó y consiguió el divorcio de MacLeod alegando maltrato, ya que John se dedicó a la vida mundana y al alcoholismo.
Viajó a Paris donde continuo su formación como bailarina y en 1905 se presento oficialmente como Mata-Hari, bailarina exótica que ejecutaba las sagradas danzas indias del “Devandasisher” y el “Kandaswam” .
Se dió a conocer como la hija de Bramhin, un sacerdote budista y adopto su nombre hindu, mientras fomentaba su propia leyenda narrando de diferente forma su vida, creando así una red de rumores y fantasías.
Viajó por toda Europa relatando como nació en un templo sagrado hindú donde le fueron reveladas desde niña las sagradas danzas de su pueblo.
Mata-Hari se labró una vida fácil como bailarina y viajó por las principales capitales europeas, París, Madrid, Berlín, Monte Carlo y Viena, entre otras.
Tuvo numerosos amantes y protectores, ricos y poderosos como el Mayor Arnold Van Kalle, Jefe Militar Alemán, Adolphe Pierre Messimy, ministro de Guerra Francés, Alred Kiepert, terrateniente alemán, el compositor Giacomo Puccini, El Barón Henri de Rothschild y muchos más.
Durante los primeros años del siglo xx, Mata-Hari bailó en numerosos refugios de soldados y políticos.
Tuvo la mala fortuna de estar actuando en Berlín, cuando estalló la guerra del 14, era la amante del jefe de la policía de la ciudad, mas tarde lo sería del Consul alemán Kraemer, quien también era jefe del espionaje alemán.
El Consul Kraemer la persuade a sonsacar información a la milicia francesa a cambio de jugosas ganancias. Mata-Hari acepta y se convierte en la agente H21. Sin embargo, ella era ambiciosa y se convierte en doble agente.
Para entonces el jefe de la inteligencia francesa, el capitán Ladoux quien ya sospechaba de ella, intercepto unos de sus mensajes, de tal manera que le tendió una trampa para que regresara a Francia.
Los franceses la detuvieron el 13 de febrero de 1917 al utilizar una identificación falsa fue recluida en la prisión de Saint Lazare a las afueras de París.
El tribunal francés la acusó de alta traición y la condenó a muerte sin pruebas concluyentes, ella negó los cargos alegando que se acostaba con militares por gusto y no por deber.
Durante el juicio se le atribuye otra de sus famosas citas: “¿Una cualquiera? ¡Si! Pero una traidora ¡jamás!”
Fue ejecutada por un pelotón de fusilamiento la mañana del 15 de Octubre de 1917 con 41 años de edad en el Castillo de Vincennes.
Se sabe que no permitió que le vendaran los ojos y cuenta la leyenda que lanzó un beso de despedida a sus ejecutores logrando que de los 12 soldados que conformaban el pelotón de fusilamiento sólo 4 de ellos dieran en el blanco, uno de los cuales dio en el corazón causándole una muerte instantánea.
Su cuerpo nunca fue reclamado por ningún familiar y se utilizó para el aprendizaje de anatomía de los estudiantes de medicina, como era costumbre para las personas ejecutadas y consideraras criminales.
Su cabeza embalsamada permaneció en el Museo de Criminales de Francia hasta que en 1958 fue robada y nunca más se supo de ella.
Texto: Leonor Villafaña ± Foto: ESACADEMIC / wkm / INTERECONOMIA / wkm / VINCENTIAN COLLECTIONS / wkm