Lo que no vuelve de la Creación humana y su Hábitat

La siguiente es una reflexión sobre algunos acontecimientos que nos impactan y conmueven. ¿Quiénes toman la decisión de desbaratar signos tangibles e intangibles de la construcción cultural y estética?

Actos aberrantes de no dejar piedra sobre piedra del patrimonio cultural-estético nos invitan a pensar para construir e inventar la paz que nunca ha existido. Cada conflagración, localizada o mundial, conlleva la irreparable pérdida de vidas humanas, también destruyen patrimonios culturales, estéticos y naturales; tras la violencia, ruinas, desolación y muerte. Se trata del capital cultural y educativo, las obras de cada época son medios de aprendizaje y comunicación entre comunidades, naciones, generaciones (Bourdieu, Capital cultural, escuela y espacio social, 1997).Los colonizadores arrasaban con la cultura sometida, no todos los conquistadores. Gengis Kan; agregaba culturas, las hacía convivir armónicamente.

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Instauró, siguiendo y despejando sus dudas de investigación, la comunicación e intercambio biocultural entre oriente y occidente. En principio, su imperio era territorio de convivencia de varias religiones, cohabitaron budistas, cristianos y musulmanes. Su acervo cultural es hasta ahora extraordinario, por la diversidad e integración del espíritu multicultural.Es la historia de Marco Polo, canal de comunicación entre occidente con el oriente. El espagueti chino es plato tradicional italiano, de esta integración intercultural hablamos: renacentista, creativa, constructiva y humanista. En Singapur cohabitan chinos de distintas etnias, malayos, hindúes e ingleses. Las lenguas oficiales del país son cuatro: inglés, chino, malayo (lengua nacional) y tamil. Es diversidad cultural, fundada en la comprensión, la tolerancia con conciencia religiosa, no sólo de las más antiguas creencias sino de la libertad absoluta de credos, que enseña otras formas posibles de convivencia, que ahora abordan las literatas, los artistas plásticos.

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Convivencia intercultural

Los fenómenos meteorológicos también contribuyen a esta pérdida de lo sensible. Algunos son resultado del modelo de desarrollo seguido. No considera los efectos sobre la naturaleza y sus ecosistemas: deforestación, contaminación del agua desarticulación de los componentes que captan la lluvia y deshielos, nutre las cuencas hidrológicas y el mar. La atmósfera tiene ya un hueco en la capa de ozono. Los desastres naturales no sólo son lamentables, sino que ponen en riesgo la vida en la tierra, hay nuevos paradigmas de consciencia ecológica-humana que son capital natural y cultural.

Sobre estos patrimonios de la humanidad, en tanto “somos los que nos rodean” (Varela, La Habilidad Ética, 2003, pp. 25-26), la visión de la antropología cultural, que cambia el concepto de raza por el de cultura, ha obrado en profundidad con el fin de hacernos más conscientes de la pluralidad de las culturas y del derecho de toda cultura a sobrevivir, siempre que su supervivencia no perjudique los derechos de los demás (Eco, La fuerza de la cultura podrá evitar el choque de civilizaciones, El País, 12 de junio de 2002).

Hemos sido testigos, por los medios electrónicos, tanto televisión y radio, como por las redes sociales, de las destrucciones de los Budas Gigantes, dos colosos esculpidos en roca entre los siglos III y IV, en la provincia central de Bamiyán, de alturas de 55 y 36.5 metros. Recién, la incursión en el Museo de la Civilización de Mosul.

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Ya había sido saqueado en 2003, durante la intervención estadounidense de Irak, fueron robadas las principales piezas del museo; ahora fueron destruidas otras, con más de 3,000 años de antigüedad.

Ninguna cultura debe proponerse a desaparecer o destruir otras culturas. Ninguna merece ser escrita con C mayúscula, por encima de otras que no son insignificantes. En la diversidad reside la riqueza humana, de un mundo cosmopolita de herencia absolutamente consanguínea, multicultural e intercultural.

Alentar el desprecio por los diferentes y lo distinto, temer a lo que nos es extraño (que da origen al término extranjero, no creyente), para referirse al que no pertenece a la identidad. Es inexplicable cuando varios países erigen cenotafios al soldado desconocido, la reverencia ceremonial pública otorgada a estos monumentos, justo porque están deliberadamente vacíos o nadie sabe quién yace allí, no tienen verdaderos precedentes en épocas anteriores, ¿no hay la necesidad de mencionar a sus anónimos ocupantes? Es alguien, que no tuvo familia, comunidad, cultura, sin aprehensiones de su humanidad en el mundo. (Anderson, 1986, Comunidades Imaginadas, p.26-27).

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Uniformar la cultura o implantar un pensamiento único, estandarizar para hablar en términos industriales de consumo de masas y sobre monocultura, se trata de la antigua idea de producir facsímiles, perdiendo la originalidad de la natural diversidad humana.

El camino es abrirse sin inhibiciones ni prejuicios, para apreciar lo que es sustancial de los otros y otras. Darse cuenta de que estás en otra parte, más que acomodarse en lo estándar, consumir lo ya consumido, por alguna equivocada seguridad psicológica con la repetición en lugar del descubrimiento de otros horizontes: el credo único, la tienda, el hotel, la playa, la conferencia estándar. Es dar vueltas al mundo sin salir de su propia esfera (Heinrichs, “Peter Sloterdijk, El sol y la Muerte”, p.296).

Amura, difusora de las más extraordinarias producciones humanas, con su navegar alimenta la pluralidad, la diversidad y el ingenio de distintas sociedades y grupos humanos que cohabitamos el planeta, nos pronunciamos, por la necesidad de utilizar todos los instrumentos que proporcionan los nuevos medios de comunicación para difundir las ideas: tolerancia, reciprocidad, cooperación y fraternidad, para construir la paz en la plenitud de la condición humana, el disfrute con inteligencia.

Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no reflejan, necesariamente, los puntos de vista de Amura.