Históricamente, Uruguay junto con el sur del Brasil y la zona central de Argentina forma parte de un mismo “país musical”. Podríamos llamarlo la nación de la música pampeana, la música de los gauchos.

Unos de sus géneros más característicos es la milonga con sus variadas expresiones. Otros tipos de canción son el estilo o triste, y la vidalita. Por otra parte, danzas como el pericón, el cielito, la media caña, el gato, la huella, el cuándo, etc., integraban la panoplia de danzas rurales. De la extensa frontera que comparte con el Brasil provienen otros ritmos, como los de la chamarrita y el chotis.

 

 

 

La música de la Banda Oriental, antiguo nombre del Uruguay (región al este del Río Uruguay y el Río de la Plata), tuvo una figura fundacional y predominante en el compositor y poeta Bartolomé Hidalgo (1786-1822). Posteriormente, de la música de raíz folclórica surgieron nombres tan importantes como los de Alfredo Zitarrosa, el dúo Los Olimareños, el cantautor Daniel Viglietti, el compositor y poeta Rubén Lena o el dúo Larbanois-Carrero.

 

 

 

 

 

Evolución a las márgenes rioplatenses

El tango no es argentino o uruguayo, sino que el tango es la música de Buenos Aires y Montevideo. Allí se desarrolló esta música inmigrante, con las influencias criollas (como la milonga) y las que venían de España, Italia, África (como la misma palabra “tango” y “canyengue”, por ejemplo), y hasta de Europa Central; lo cierto es que se trata de un género exclusivamente “porteño”.

Carlos Gardel (sin entrar en la polémica sobre su lugar de nacimiento), Gerardo Matos Rodríguez (autor de “La Cumparsita”), Francisco Canaro, el “Varón del Tango” Julio Sosa, y el poeta Horacio Arturo Ferrer, son algunas de las grandes figuras que Uruguay le ha dado al género típico rioplatense. Actualmente, la personalidad uruguaya más destacada a nivel mundial es el bandoneonista, compositor y director Raúl Jaurena.

En este contexto el candombe, por ejemplo, tiene un rotundo origen en el oeste de África. En su forma tradicional se toca solamente con tambores, su ritmo se ordena sobre la misma “clave” de la música afrocubana; esta expresión que en su origen es la expresión musical religiosa más significativa del colectivo afro, hoy en día es una de las dos formas musicales más características de Montevideo. La otra es la murga, un tipo de ritmo coral acompañado por un trío de percusiones, redoblante, bombo y platillos, cuyo origen parece tener que ver tanto con España, como con el sur de Italia, además de claras influencias rítmicas africanas.

 

 

 

 

 

Rítmica contemporánea 

Con el pasar de la historia musical del Uruguay y a la sombra del rock, surgieron algunos de los más importantes nombres en la música uruguaya, como Ruben Rada, Eduardo Mateo, Dino, Jaime Roos y Eduardo Darnauchans.

Demasiado prendidos del rock, los porteños y las letras de la música montevideana crecieron, se nutrieron, envueltos por una mezcla, que se encuentra entre la zona turbia del rock con el candombe, que dio origen al candombe rock; la murga, la milonga y la música de Brasil.

“El Kynto”, grupo de Eduardo Mateo y Rada, así como “Tótem”, liderado por Rada, y más tarde el “Opa Trío”, de los hermanos Hugo y Osvaldo Fattoruso, son considerados los laboratorios donde se creó el famoso “candombe-beat”, que fusiona el swing del candombe con la energía del rock.

Adentrándonos en la modernidad, “Los Shakers”, “Los Mockers”, “Días de Blues”, “Psiglo”, “Montevideo Blues”, “Níquel”, “La Tabaré Riverock Banda”, “Baldío”, “Los Estómagos”, “Los Tontos” y “Los Traidores”, figuran en la música uruguaya como grupos de rock históricamente importantes. Otras de las bandas de rock ampliamente difundidas en la actualidad son “La Vela Puerca”, “NTVG” (No Te Va a Gustar), “El Cuarteto de Nos”, “Buitres Después de la Una” y “La Trampa”.

Sin lugar a dudas la música en Uruguay se ha nutrido de la diversidad cultural y continua vinculada a ésta manera de fusionar diversas influencias, muestra de ello son los dos más importantes cantautores uruguayos a nivel internacional: Fernando Cabrera y Jorge Drexler.

 

 

Melodía con abolengo

En cuanto a la música culta o clásica, el violinista Eduardo Fabini (1882-1950), no solo es el más conocido de los compositores uruguayos de la primera mitad del siglo XX, sino que se le considera el más elevado y positivo valor de la música culta uruguaya.

Hacia la segunda parte del siglo XX hay que mencionar la herencia histórica que dejaron personajes como Héctor Tosar (1923-2002), Jaurés Lamarque Pons (1917-1982), Diego Legrand (1928-2014) a quien el maestro Cristóbal Halffter, consideró “poseedor de un lenguaje propio muy interesante”, y León Biriotti, nacido en 1929, considerado un virtuoso del oboe, solista y reconocido por su calidad como músico de orquesta, actualmente en plena actividad.

Finalmente pero no de menor relevancia, entre los múltiples compositores activos cabe mencionar al compositor y musicólogo Coriún Aharonián y Graciela Paraskevaídis, de la cual hay que destacar su notable labor docente; Eduardo Fernández, considerado hoy por hoy uno de los guitarristas top en el mundo, un virtuoso músico radicado en Italia; Álvaro Carlevaro (en Alemania), Sergio Cervetti, Miguel Del Águila, Florencia Di Concilio y yo mismo, Elbio Rodríguez Barilari, los cuatro últimos en Estados Unidos.

 

Texto: Elbio Rodríguez Barilari ± Foto: RT / VJT / KOS ANDES / ALBA CIUDAD / GRANACIÓN / HARRISON WEST / DIARIO DE CULTURA / MAXRESDEFAULT / EL DIARIO / LOS ANDES / PLS / IREL / WOD