“(...)que se está el alma abrasando en fuego y llama de amor, tanto, que parece consumirse en aquella llama, y la hace salir fuera de sí y renovar toda y pasar a nueva manera de ser,así como el ave fénix, que se quema y renace de nuevo.”
San Juan de la Cruz, Cántico Espiritual

Los mitos siguen siendo una forma de explicar, comprender y sentir la vida, aparentemente alejados de la razón. Son una proyección narrativa colmada de ilusión y sensibilidad. La mitología griega es el epítome del género, que tuvo su mayor desarrollo en el siglo VII a. C. Sus obras cumbres son:

Teogonía de Hesíodo, La Ilíada, La Odisea de Homero, con origen en las religiones primitivas del pueblo de Creta (3000 a.C.) y que lograron una continuidad extraordinaria, para luego ser adoptados y asimilados por los romanos, proporcionaron inspiración literaria, filosófica y artística a lo largo de la historia  hasta  nuestros días. Los mitos antiguos y creaciones recientes conforman un universo sin fin de criaturas mitológicas.

Animales fantásticos, mágicos, que son muchas veces híbridos. Son una combinación de dos o más animales o con un ser humano, comunes en el imaginario de diversas civilizaciones, y a los cuales se les han atribuido características que podrían interpretarse como una proyección de la propia naturaleza humana (en la mayoría de los casos pueden alternar y ser entendidos por las personas). Son investidos con facultades extraordinarias y dones adquiridos directamente de los dioses, capaces de enfrentar y derrotar a las fuerzas descomunales de la naturaleza.

Renacimiento y esperanza son sus atributos.

Renacimiento y esperanza son sus atributos.

La mítica ave que renace de sus cenizas

La presencia del fénix es común en diferentes civilizaciones orientales y occidentales; todos la describen de una forma similar: un ave magnífica con aspecto de águila cuyo plumaje es del color del fuego que, llegado el momento de su muerte, prepara su nido funerario con plantas aromáticas e incienso, y entona una bella canción mientras es consumida por su propio fuego hasta quedar reducida a cenizas, de las cuales renace: un nuevo comienzo que durará alrededor de 500 años.

Es un ser puro, incorruptible, relacionado con el sol. Se alimenta únicamente de gotas de incienso y es incapaz de causar daño. Sus lágrimas y el sonido de su cantar son curativos; en su cuerpo físico y espiritual domina el poder del fuego, de la purificación y la inmortalidad. Encarna la ascensión, el vuelo, el triunfo sobre los defectos y flaquezas. Es una alegoría de la vida, de la esperanza, de nuestro deseo de trascender los límites, de alcanzar metas cada vez más altas, ya que la vida es un viaje de constante transformación.

Los griegos le dieron el nombre de Phoenicoperus que significa alas rojas. En épocas del primer ministro Kapodistrias (1828 - 1832), se adoptó en el escudo de Grecia la figura del ave Fénix como símbolo de renacimiento y también en el escudo de armas nacional durante la Junta de la República, proclamada en 1973-1974.

Feng Shui- El Fénix.

“el Fénix vendría a ser un espejo o una imagen del universo. Para mayor analogía, los estoicos enseñaron que el universo muere en el fuego y renace del fuego y que el proceso no tendrá fin y no tuvo principio”.
Jorge Luis Borges

“Vivimos mientras nos renovamos”.
Henry F. Amiel

El ave Fénix, se ha recreado en diferentes culturas.

En Egipto se conoce como Bennu donde se relaciona con las crecidas del río Nilo, la muerte, el sol, la creación y la renovación. Para China es Feng-Huang que simboliza la paz, la prosperidad, la unión del yin y el yan. El ave Fénix  significó entre los paganos la castidad y la templanza; para los cristianos la resurrección,  la creación y la renovación. Se cree que provino de los desiertos de Libia y Etiopía; incluso algunos escritores la identifican con el Quetzal en América, y con el dios Quetzalcóatl en México.

Entre los personajes y escritores que se han referido al ave Fénix se encuentran: Herodoto (484 a.C.) en el compendio de nueve obras Historia, II, 73. Página 228. Ovidio (43 a.C.) en el poema Metamorfosis, XV, página 490; Plinio el Viejo (23 d.C.) como parte de la enciclopedia inconclusa Historia natural; Clemente de Roma la incluyó en la Epístola a los Corintios (XXV); Lactancio (año 242) le dedicó  el poema Del Fénix; Dante Alighieri (1265) Canto XXIV de La Divina Comedia; Francesco Petrarca (1304) en su obra Canzoniere; Santa Teresa de Jesús (1515) en el tratado de oración Moradas Sextas, capítulo IV; San Pablo (08 d.C.) Corintios 3:13-15; Hans Christian Andersen (1800) en su cuento El ave Fénix y J. L. Borges (1899) en El libro de los seres imaginarios. Cientos de referencias a este animal fantástico podemos encontrar también en las artes plásticas, música, teatro, y el cine; baste un ejemplo con abundante presencia mediática, es la mascota de Albus Dumbledore en la saga literaria y cinematográfica de Harry Potter, donde se narra que con una de sus plumas se fabricó la poderosa varita mágica del protagonista. No cabe duda de que su impronta de esperanza seguirá por siempre renaciendo en la fantasía de la humanidad.

Dracma de 1930 con la figura del Ave Fénix sobre las llamas

En Egipto su nombre es Bennu.

Según la mitología china, el Huang Feng, junto con el dragón, el li, la tortuga creó el mundo y ahora gobierna los cielos.

Texto: Ma. Del Carmen Hernández ± Foto: veronica knox / GANURZA / CHEN ATZI / guayasamin / cloudfront / BP / CTA