Cuatro años, siete meses y 22 días después, oficialmente, la Catedral de Notre Dame reabre este fin de semana sus puertas.
La ceremonia, el sábado 7 de diciembre, será presidida por el arzobispo de París, Laurent Ulrich, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, con la presencia de las más de mil personas que laboraron en la reconstrucción de la catedral, así como aproximadamente 50 jefes de estado, donantes y representantes de las parroquias parisinas.
Durante este fin de semana de celebración, el acceso a la isla de la catedral, Île de la Cité, estará restringido a los invitados y a los residentes locales debido a las medidas de seguridad reforzadas que recuerdan a las utilizadas durante los Juegos Olímpicos de París.
La mañana del día siguiente, Laurent Ulrich celebrará la misa inaugural con la consagración del altar mayor, en presencia de 170 obispos, sacerdotes de las 106 parroquias de la diócesis de París, un sacerdote de cada una de las 7 iglesias católicas orientales y algunos feligreses.
A partir de la tarde del 8 de diciembre y hasta el 15 del mismo mes, se celebrará la octava de reapertura, un periodo de 8 días con misas públicas y eventos especiales como recitales de órgano, la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe (el 12 de diciembre) y el retorno solemne de la Corona de Espinas, el día 13.
A partir del 16 de diciembre la catedral retomará su horario diario habitual: de 7:45 a.m. a 7:00 p.m.
Como se recordará, la tarde del 15 de abril de 2019 un incendio consumió parte de la catedral de Notre Dame, restaurada por artesanos especializados, así como a historiadores expertos apoyados por la tecnología para volverle su esplendor al histórico sitio, aperturado inicialmente en 1345 después de 182 años de edificación.
Caracterizada por su estilo gótico, la catedral es considerada patrimonio cultural mundial, y su incendio provocó la conmoción mundial, siendo el momento más impresionante cuando la aguja de 96 metros se vino a tierra. El fuego destruyó dos tercios del tejado y dañó el interior, incluidos el ático y las bóvedas.
La magnitud de los daños obligó a reunir a más de un millar de artesanos especializados en carpintería, herrería, rehabilitación de vitrales, escultura en piedra y otras disciplinas, quienes trabajaron con minuciosidad para devolverle a Notre Dame su esplendor original, respetando las técnicas tradicionales, combinadas con innovaciones tecnológicas.