El Museo Kunstilo es la nueva atracción de Kristiansand, ciudad noruega de 120,000 habitantes, a 300 km al suroeste de Oslo.
Kunstsilo alberga la Colección Tangen, considerada como la recopilación de arte moderno nórdico más importante, reporta Alastair Smart de Christie’s. Se trata de más de 5,000 obras realizadas entre 1910 y 1990, de artistas como Lars-Gunnar Nordström, seguidor finlandés del movimiento de arte concreto; Reidar Aulie, el pintor noruego comprometido con la sociedad; su compatriota Anna-Eva Bergman, quien produjo abstracciones misteriosas; y el danés Asger Jorn, cofundador del movimiento CoBrA.
En 1935 se construyó un enorme silo en la isla de Odderøya, al sur de Kristiansand. Diseñado por dos jóvenes arquitectos noruegos, Arne Korsmo y Sverre Aasland, fue un ejemplo perfecto del funcionalismo, estilo de moda en aquel momento. Como sugiere su nombre, este estilo priorizaba la función sobre la forma. El edificio poseía cierta belleza, debido a sus llamativas torres cilíndricas.
El silo dejó de funcionar a principios del siglo XXI y permaneció vacío durante varios años hasta que surgió la idea de convertirlo en un museo. Se eligió el nombre de "Kunstsilo" porque evocaba el pasado y el presente del edificio al mismo tiempo: su traducción literal es "silo de arte".
La primera exposición de Kunstsilo, Pasiones del Norte, ocupa la mayor parte del edificio y es esencialmente una introducción a la Colección Tangen, que muestra 600 de sus obras. Entre las más destacadas se encuentra el cuadro de Aulie Tivoli (1935), una escena ligeramente inquietante de gente reunida en un recinto ferial de Oslo. Cerca de donde cuelga hay una puerta que da a una sala llamada S-Lab, que contiene una reproducción digital inmersiva del mismo cuadro, proyectada sobre sus cuatro paredes.
La Colección Tangen debe su existencia a Nicolai Tangen, de 58 años, un banquero de inversiones nacido en Kristiansand que hoy se desempeña como director ejecutivo del fondo soberano de riqueza de Noruega (valorado en mil 700 millones de dólares).
Su preferencia eran las obras nórdicas, en gran medida porque era el arte que mejor conocía. En 2003, se tomó un año sabático de dos años para estudiar en el Courtauld Institute of Art, donde escribió su tesis de maestría sobre el grabador Rolf Nesch. Las obras de Nesch ocupan un lugar importante tanto en Passions of the North como en la Colección Tangen en su conjunto.
Tangen donó la colección a su ciudad natal en 2015, con la idea de transformar el edificio de silos vacío de Kristiansand para alojarla. La idea fue bien recibida por el ayuntamiento y, tras un concurso en el que participaron 101 estudios de arquitectura, se eligió a un estudio llamado Mestres Wåge Arquitectes para encargarse del diseño del museo (con la ayuda de otros dos estudios, Mendoza Partida y BAX Studio).
Las torres cilíndricas siguen siendo un elemento clave de la estructura desde el punto de vista visual, aunque no desde el punto de vista práctico. Los visitantes acceden a través de un amplio atrio a nivel del suelo, que es visible desde un rellano en cada uno de los pisos superiores. Hay 25 galerías, repartidas en el primer, segundo y tercer piso.
El proyecto costó unos 66 millones de dólares y la financiación provino de diversas fuentes. Lo más revelador en términos de opinión pública fue el hecho de que Tangen contribuyó con el 30% del costo, mientras que el 50% provino del erario público.
La situación se complicó con la decisión de que Kunstsilo albergara y administrara no solo la Colección Tangen, sino también las 1,700 obras del Sørlandets Kunstmuseum, SKMU, institución pública de larga trayectoria con sede en otros lugares de Kristiansand, que mostraba arte y artesanía de personalidades de la ciudad y de la región de Agder.
Según Passions of the North, los artistas nórdicos del siglo XX generalmente conservaron el espíritu y la temática de su región de origen, aunque también se conectaron con las tendencias artísticas del mundo, como el surrealismo y el pop.
Probablemente la obra más llamativa de la Colección Tangen sea la pieza conceptual de Marianne Heske, Gjerdeløa (1980), que se exhibe de forma permanente en el cuarto piso. Consiste en un granero de heno de 350 años de antigüedad, que la artista tomó de una ladera de la región de Sunnmøre, en el noroeste de Noruega, y transportó en furgoneta para exponerlo en la Bienal de París de 1980 en el Centro Pompidou. Fue visto por 140,000 personas, antes de ser devuelto a Noruega en la misma furgoneta.