Los fractales están presentes en todo el universo. Su singularidad inevitablemente intriga, seduce, sorprende y desafía cualquier teoría que conozcamos actualmente.
Un fractal se verá idéntico independientemente de lo cerca o lejos que se observe -esta es una propiedad conocida como auto similitud, por la que una microscópica porción suya es idéntica al todo que brota en una secuencia matemática desde su primera escala y mediante el uso de la misma fórmula.
Es posible explicar los procesos naturales mediante la geometría de los fractales e, incluso, podría constituir la materia desde la que brota toda vida. Los fractales están en los circuitos y en la apariencia de nuestro ADN; en la forma del embrión en gestación, el cerebro, las arterias, los pulmones… una planta brotando, las flores, las galaxias o en la estructura de un copo de nieve. Al mirar el universo, en una noche con suficiente obscuridad, son los que trazan las siluetas de la vía láctea o la inconstante apariencia de las nubes. Todo parece nacer de esta “forma básica, irregular o fragmentada repetida en diferentes escalas”.
Apenas en el año 1975, el científico matemático Benoit Mandelbrot, acuñó el término fractal y desarrolló la geometría de los fractales que, aún en estos tiempos, sigue sin resolverse del todo. Su presencia en mándalas y otros símbolos, confirman que formaron parte de la sabiduría terrestre en muchas culturas primigenias.
Los fractales conforman algoritmos, permiten describir sistemas, tienen aplicaciones en las matemáticas, la ciencia, la tecnología, la medicina, la ingeniería, la arquitectura y en el arte. Se usan para intentar predecir comportamientos climáticos, espirales áureas, átomos orbitando; el todo y la nada, el aquí con lo inmediato, ya que la ciencia predice que los fractales se mueven en tres dimensiones simultáneas.
En el año 2019 los científicos consiguieron crear fractales a través de láseres. Antonio Gaudí se inspiró en la “geometría de la naturaleza”, para crear sus grandes obras arquitectónicas como tantos otros artistas y arquitectos. Algunos de sus significados tienen implicaciones espirituales; se vinculan a la proporción áurea y evidencian la eterna sincronía entre lo que creemos que existe y mucho más lejos: hacia lo inabarcable.