Los huevos de Pascua significan paz, felicidad, renacimiento. El conejo, con un lugar protagónico en la conmemoración, era venerado como símbolo de fertilidad por los pueblos antiguos.
La tradición, tal y como es celebrada en nuestros días, describe que el Conejo de Pascua regala los huevos como un mensaje para recordar la resurrección de cristo.
La leyenda de Pascua simboliza en el plano del cristianismo la búsqueda de Jesús resucitado. El conejo es un testigo de su vuelta a la vida, porque él estaba en la cueva del sepulcro cuando el milagro ocurrió, por lo que decidió recorrer el mundo para recordar la buena noticia: cada domingo de Pascua viene para traer un rayo de alegría y de esperanza.
Los huevos comestibles y de chocolate, ahora tan famosos, se documentan en Alemania y la celebración “Oschter Haws” llega a EE.UU con los refugiados durante el siglo XVIII donde su nombre se transforma en Easter.
Las piezas pueden ser solo ornamentales y en cada región y época se les agrega simbología y belleza. También se realizan intercambios o procesiones entre otras maneras de celebrar este día, en distintos países del mundo. Al pasar los 40 días de la cuaresma, la pascua representa el final de la época de guardar.
En 1882, el joyero Peter Carl Fabergé ganó el Gran Premio en la Exposición de Arte de Moscú, en Rusia. El zar Alejandro III le encargó la creación de un huevo de pascua para regalarlo a su esposa la zarina Marina: a partir de entonces, el zar regalaba cada año estas bellas obras de arte y exclusivas joyas, que también fueron encargadas por personajes de otras cortes europeas.