El británico David Hockney es considerado uno de los artistas más versátiles de nuestra época, en sus obras están incluidas la pintura, el grabado, la escenografía y la fotografía.
Y próximamente, la casa de subastas Bonhams pondrá en almoneda un lote con una variedad de sus pinturas, en un recorrido por su historial, desde el pop art de la década de 1960 hasta las creaciones en iPad. Nacido en 1936 en Bradford, Reino Unido, Hockney asistió al Bradford College of Art y el Royal College of Art, RCA, de Londres, donde fue atraído por el pop art.
Después de graduarse de la RCA, Hockney visitó California y quedó prendado de Los Ángeles. El sol, los colores vibrantes y las piscinas relucientes se convirtieron en una alternativa irresistible.
Son varios los motivos que reaparecen a lo largo de la larga y multifacética carrera de Hockney. Al inicio, las piscinas captaron su atención cuando se mudó por primera vez a Los Ángeles y se convirtieron en el foco de sus obras más famosas durante décadas, con una serie de pinturas “splash” de 1960, en particular A Bigger Splash (1967), una imagen seductora que desde entonces es emblemática del estilo “moderno californiano”.
Si bien la figura humana está ausente en muchos de los estudios de Hockney sobre piscinas, varios presentan la figura masculina. Estos incluyen su lienzo a gran escala Retrato de un artista (Piscina con dos figuras) (1972) y carteles litográficos diseñados para los Juegos Olímpicos Múnich 1972 y Los Ángeles 1984.
Otro tema importante de sus creaciones es la naturaleza, una fuente de optimismo y reposición para Hockney. En 2020, mientras permaneció en su casa de Normandía, Francia, a causa de la pandemia, creó en iPad una serie de pinturas del campo circundante. Estas alegres obras, bajo el nombre Recuerden que no pueden cancelar la primavera, se convirtieron en el foco de una exposición superventas en el pasado verano. Su amor por la naturaleza es evidente en gran parte de sus producciones, desde los paisajes de California y su Yorkshire natal, hasta delicados estudios de bodegones de un simple jarrón con tulipanes.
Hockney siempre ha experimentado con diferentes medios y procesos. “Me he interesado en cualquier tecnología relacionada con la creación de imágenes: impresión, cámaras fotográficas, reproducción en sí”, comentó en una ocasión el artista. En 1986, probó un nuevo programa informático, Quantel Paintbox, para el documental Painting with Light de la BBC, y ha seguido adoptando constantemente las últimas tecnologías, desde los extintas máquinas de fax hasta iPads.
Aunque es más conocido como pintor, Hockney ha dominado géneros desde la fotografía hasta el diseño de escenarios. En la década de 1980, desarrolló una fascinación por las Polaroid y comenzó a hacer collages de fotografías, para crear mosaicos de imágenes. También ha creado diseños de escenarios para el Royal Court Theatre, Glyndebourne y el Metropolitan Opera.
Con el grabado ha combinado diversas de técnicas, desde litografías y serigrafías hasta “impresiones hechas en casa” para las que empleó una fotocopiadora.
En 2018, Hockney estableció un récord mundial en una subasta por el precio alcanzado por un artista vivo, y sigue siendo una de las figuras más buscadas en el mercado secundario. Sus pinturas se venden regularmente por sumas de seis dígitos y sus impresiones han aumentado de precio en los últimos años; por ejemplo, en Bonhams London, un trabajo en iPad alcanzó las £ 125,250.