El movimiento surrealista se originó en París en 1924. En él fueron incluidas las mujeres, pero en contadas ocasiones se les describió como protagonistas de sus propias historias.
Antes de la segunda edición de The Mind’s Eye/Surrealist Sale de Bonhams, que tendrá lugar el 8 de marzo en Londres, Inglaterra, la casa de subastas Bonhams destaca a cinco mujeres pioneras del arte surrealista.
- Ithell Colquhoun (1906-1988). Artista y escritora, hija de un funcionario británico, nació en la India. Después de estudiar en el Cheltenham Art School y Slade School of Art en Inglaterra, se inspiró en la obra de Salvador Dalí y la Exposición Surrealista Internacional de Londres.
En sus composiciones oníricas, las formas anatómicas fragmentadas ocupan vastos paisajes. Su pintura no es directamente figurativa, sino simbólica de estados psicológicos; en el corazón de sus intereses estaban la magia, la mitología y el ocultismo. Utilizó técnicas típicamente surrealistas como el fumage, la decalcomanía y el automatismo.
- Grace Pailthorpe (1883-1971). La artista inglesa, una de las más intrigantes del surrealismo, fue una respetada cirujana durante la Primera Guerra Mundial. Después de largos viajes, regresó a Inglaterra y se dedicó a la psicología y el análisis freudiano.
Con Reuben Mednikoff fusionó el arte con la psicología; juntos contribuyeron a la Exposición Surrealista Internacional en 1936, en Londres. Aunque recibieron elogios del cofundador del surrealismo, André Breton, fueron expulsados del Grupo Surrealista Británico. El trabajo profundamente simbólico de Pailthorpe presenta formas orgánicas y anatómicas: enredaderas carnosas, orificios en forma de vacío, ojos pequeños y alusiones al nacimiento.
- Valentine Hugo (1887-1968). Artista y escritora francesa, diseñó el vestuario y decorados para ópera y teatro. En 1914 conoció a Jean Cocteau y colaboró en el ballet Parade. Fue a través de Cocteau que le fue presentado Jean Hugo, bisnieto de Victor Hugo, con quien se casó.
Su interés inicial estaba en el dadaísmo, pero André Breton, inclinó a Valentine Hugo hacia el surrealismo. Expuso con frecuencia con el grupo, ilustró textos surrealistas y participó en ejercicios de cadavre exquis. A pesar de su contribución al surrealismo, la obra de Hugo es limitada, las cuales en su mayoría se encuentran en colecciones privadas.
- Kay Sage (1898-1963). Nació en una familia estadounidense acomodada, y tras estudiar arte en Roma y casarse con un príncipe italiano; decide mudarse a París para sumergirse en el surrealismo. Seis de sus pinturas fueron aceptadas en el Salon des Surindépendants, donde llamó la atención de Breton e Yves Tanguy.
Sage organizó reuniones de surrealistas, pero por sus orígenes de clase alta, nunca fue totalmente aceptada en el movimiento. Sus obras, a menudo sombrías y enigmáticas, están desprovistas de huellas humanas; en cambio, estructuras arquitectónicas no identificables, objetos cubiertos y huevos ocupan sus paisajes etéreos y áridos como metáforas de la mente.
- Alicia Rahon (1904-1987). Artista franco-mexicana, tenía 20 años cuando comenzó a asistir a reuniones surrealistas en París. Aunque era una poeta, fue invitada a unirse al grupo en 1935.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, Rahon y su esposo huyeron a Estados Unidos y posteriormente, por invitación de Frida Kahlo, residen en la Ciudad de México. Fue allí donde abarcó la escultura, el teatro de marionetas, el cine y la pintura que contribuiría al surgimiento del expresionismo abstracto mexicano. Su trabajo se basó en la inmensidad del paisaje mexicano e incorporó elementos orgánicos como hojas secas, plumas y alas de mariposas.