Joan Miró no necesita presentación, ocupa un lugar único en la historia de la vanguardia y el canon moderno.

A lo largo de casi siete décadas, Miró (1893-1983) nunca dejó de experimentar con técnicas y materiales. Su éxito lo llevó a conquistar la capital del arte de su tiempo, París, y el mundo. Bonhams nos presenta una semblanza del catalán.

• Primeros años y educación. Desde temprana edad mostró interés por el arte: los dibujos iniciales que se conservan datan de 1901. En la Escola de Comerç y la Escola Superior d’Arts Industrials i Belles Arts La Llotja estudió paisajismo y artes decorativas.

En 1910 participó en su exposición inicial colectiva organizada por el Ayuntamiento¸ posteriormente enfermó de fiebre tifoidea y fue enviado a convalecer a la masía de Mont-roig, un pequeño pueblo cercano a Tarragona, cuyos paisajes rurales captarían su imaginación artística. Para 1912 había decidido dedicar su vida al arte y comenzó a asistir a la Escola d’Art hasta 1915, donde estuvo expuesto al trabajo de los artistas de vanguardia y poetas del movimiento moderno, que lo influenciarían en los inicios de su carrera.

En 1916 conoció al galerista Josep Dalmau, quien se convertiría en su marchante.

Tête. Joan Miró. Vendido por 120,000 libras.

“Al esculpir, parto de los objetos que colecciono, al igual que aprovecho las manchas en el papel y las imperfecciones en los lienzos… Hago un molde de estos objetos y trabajo sobre él hasta que ya no existen y todo se convierte en una escultura”.

Joan Miró, artista.

• Vida y carrera. Su primera exposición individual en 1918 en las Galerías Dalmau de Barcelona, no tuvo éxito. En 1920 viajó a París, donde conoció a Pablo Picasso, André Masson y Trista Tzara, entre otros artistas.

Poco después de este viaje decidió repartir su tiempo entre Mont-roig y París, donde se involucró cada vez más con los grupos de vanguardia. A medida que se desarrollaba su amistad con Tzara, Max Jacob y Pierre Reverdy, participó eventos dadaístas.

Dalmau realizó la primera exposición individual de Miró en París en 1921; en 1923 estuvo en el Salon d’Automne donde conoció a Ernest Hemingway, quien compró su cuadro La Granja. En 1924 se unió al grupo surrealista y su muestra individual de 1925, es considerada por muchos como uno de los principales eventos surrealistas de ese año.

Estudio para 'Ubu Roi'. Joan Miró. Estimación 35,000-50,000 libras.

En las décadas de 1930 y 1940, la carrera de Miró siguió floreciendo, incluso cuando se enfrentó a grandes contratiempos como la Guerra Civil española y la Segunda Guerra Mundial. En 1940 comenzó a trabajar en 23 gouaches que se convertirían en su famosa serie Constelaciones. Su primera retrospectiva importante en un museo tuvo lugar en el MoMA en 1941.

Algunos de los premios más significativos obtenidos en vida incluyen el Gran Premio de Obra Gráfica en la Bienal de Venecia en 1954, el Premio Internacional Guggenheim en 1958, el Gran Premio Internacional Carnegie de pintura en 1967 y un doctorado honorario en la Universidad de Harvard en 1968.

• “Quiero asesinar a la pintura”. El estilo artístico único de Miró se reconoce al instante; gracioso, a veces infantil y lleno de energía. Sus lienzos y esculturas rezuman una sensación de ansia de vivir que une la espontaneidad y el automatismo de los surrealistas con la meticulosa planificación y ejecución del artista, dando como resultado una poderosa tensión entre fluidez y control.

Su paleta de colores característica y sus sensuales formas biomórficas son sellos distintivos de sus paisajes pictóricos, donde coexisten bellamente figuras abstractas y semi-abstractas.

Tête et oiseau. Joan Miró. Estimación 300,000-500,000 libras.

• “Un mundo verdaderamente fantasmagórico de monstruos vivientes”. Miró se había introducido en las prácticas escultóricas mientras estaba en la escuela de arte de Barcelona, pero comenzó a participar activamente a fines de la década de 1940. La tridimensionalidad de la escultura se convirtió en un medio adecuado para dar vida a la rica imaginería surrealista que había desarrollado durante dos décadas, y uno de sus principales objetivos era crear “un mundo verdaderamente fantasmagórico de monstruos vivientes”.

Animado por su marchante francés Aimé Maeght, la escultura de Miró tomó una dirección radicalmente nueva a principios de 1960. Aprovechando su fascinación por la naturaleza y los paisajes, se interesó por la escultura al aire libre, creando piezas a gran escala ensamblando objetos encontrados que luego se fundían en bronce. Chicago (1981) de Miró, de casi 12 m de altura en el Brunswick Plaza de Chicago, fue uno de sus encargos más monumentales.

• Miró en subasta. Dada su estatura en la historia del arte moderno, el mercado de Miró se ha mantenido constantemente elevado en todos los medios durante décadas, y sus obras siempre obtienen buenos resultados en las subastas de Bonhams, donde Femme, étoile (1978) se vendió en Bonhams en 2018 por 260,750 libras.

Tête. Joan Miró. Vendido por 137,500 dólares.