Paul G. Allen (1953-2018), no solamente fue cofundador de Microsoft junto con Bill Gates, se caracterizó por su incesante curiosidad en temas variados.
Más allá de sus innovaciones en el ámbito de la informática, también fue un explorador del océano, músico consumado, propietario de equipos deportivos profesionales (Seattle Seahawks de la NFL y Portland Trail Blazers de la NBA), filántropo dedicado y ávido recopilador de arte. Formó una colección de arte de calidad incomparable, que se ofrecerá como parte de una subasta histórica en Christie’s Nueva York –Visionary: The Paul G. Allen Collection– en noviembre próximo.
Todas las ganancias de la venta, valoradas en mil millones de dólares, se dedicarán a la filantropía, de acuerdo con los deseos del magnate. Desde célebres maestros antiguos e innovadores impresionistas hasta líderes de la abstracción de la posguerra y pioneros en el trabajo actual, la colección traza el espíritu revolucionario de artistas excepcionales a lo largo de 500 años de historia.
Paul Cezanne (1839-1906), La montagne Sainte-Victoire, 1888-1890.
Con muchas obras de arte iniciales dentro de la colección, se siente como si el futuro se estuviera trazando a través del lienzo mismo. En La montagne Sainte-Victoire (1888-1890) de Paul Cezanne, por ejemplo, los cimientos del modernismo se exponen en el óleo. En esta vista de primer plano de una montaña en el sur de Francia, un motivo que Cezanne pintaría docenas de veces, el artista redujo la imagen a la abstracción, eliminó detalles reconocibles y aplicó pintura con pinceladas dinámicas, casi entretejidas.
Francis Bacon (1909-1992), Tres estudios para autorretrato, 1979.
En Francis Bacon, Allen encontró un ejemplo profundo. En Three Studies for Self-Portrait (1979), Bacon examina temas fuera del yo. Bacon reduce su rostro a partes (una oreja, una nariz o el cuello de una camisa) para considerar qué constituye el todo y los límites de la abstracción dentro del retrato.
Jan Brueghel el Joven (1601-1678), Los cinco sentidos: vista, olfato, oído, gusto y tacto (olfato ilustrado). Estimado: 4’000,000-6’000,000 de dólares.
Comenzando con el grupo de pinturas de Jan Brueghel el Joven titulado Los cinco sentidos (circa 1626), la colección rastrea la evolución de los paisajes a lo largo de varios siglos.
Claude Monet (1840-1926), Puente de Waterloo, soleil voilé, 1899-1903.
Varias décadas después, esta idea resurgiría en las pinturas de David Hockney. Al igual que Monet, una de sus mayores influencias, Hockney se esfuerza por capturar la vitalidad del aire libre. A través de colores brillantes y una representación física audaz, traduce su aguda observación de la naturaleza en una experiencia tangible del lugar.
David Hockney (n. 1937), Queen Anne’s Lace Near Kilham, 2010-2011. Estimado: 8’000,000-12’000,000 de dólares.
A través de pinturas como Queen Anne’s Lace Near Kilham (2010-2011) que capturan la belleza natural de su nativo East Yorkshire, Hockney continúa con la tradición paisajística de artistas británicos anteriores como Joseph Mallord William Turner , cuya obra maestra Depositing of John Bellini’s Three Pictures in La Chiesa Redentore, Venecia (1841) está representada en la colección.
Bytes y números
Como los dígitos de un código de computadora o las pinceladas de una pintura, la comunicación toma muchas formas. Con su experiencia en tecnología, Allen apreciaba profundamente los mecanismos a través de los cuales difundimos información, expresamos sentimientos y nos conectamos con el mundo. “Me atraen cosas como el puntillismo o el trabajo de ‘números’ de Jasper Johns porque surgen de descomponer algo en sus componentes, como bytes o números, pero en un tipo diferente de lenguaje”, dijo sobre sus hábitos de coleccionismo.
Georges Seurat (1859-1891), Les Poseuses, Ensemble (versión Petite), 1888.
El empresario creía que había una profunda conexión entre arte, ciencia, filosofía y el mundo natural, y los describía como “diferentes hebras de la misma trenza”. Se identificó fuertemente con aquellos que exploraban teorías y conocimientos fuera de su ámbito, buscando conectarse y construir sobre los muchos descubrimientos de la humanidad.
Una de esas figuras fue Georges Seurat, el técnico pionero del puntillismo. A partir de disciplinas ajenas a las bellas artes, Seurat fue influenciado por el químico francés Michel-Eugène Chevreul, quien afirmó que el color se ve afectado por los matices adyacentes, y el físico estadounidense Ogden Rood, quien hizo la distinción entre el color como luz y el color como pigmento. .
El puntillismo de Seurat, una nueva forma de pintar realizando pequeños puntos en colores contrastantes para producir una imagen, se basaba en la teoría científica. Con el puntillismo, Seurat ofreció un contrapunto a la espontaneidad del impresionismo, postulando que el orden puede existir dentro de un plano sensorial.
Paul Signac (1863-1935), Concarneau, calme du matin (Opus no. 219, larghetto), 1891.
El puntillismo fue fomentado por el amigo cercano del artista, Paul Signac, quien continuó explorando los límites de la técnica después de la inesperada muerte de Seurat a la edad de 31 años. Influyó en una amplia gama de creadores, desde Henri Matisse y Vincent van Gogh hasta figuras contemporáneas como Damián Hirst.
Casi un siglo después de que Seurat y Signac crearan un lenguaje innovador, compuesto de puntos fragmentarios, Jasper Johns también creó su propio vocabulario. A través de obras como Small False Start (1960), Johns deconstruye nuestra noción de color y nos obliga a reconsiderar lo que asumimos como verdad. En su serie de ‘números’, continúa por este camino, abstrayendo la familiaridad de los dígitos para llevarnos a considerar un punto de vista completamente nuevo.
Jasper Johns (n. 1930), Small False Start, 1960.
Uniendo más de 500 años de historia, el filántropo buscó el arte como un medio para entender el mundo y creó una compilación que demuestra el efecto transformador de los visionarios a lo largo de los siglos. Su colección celebra a aquellos que se atrevieron a impulsarnos, los íconos de su tiempo que, como Allen, desafiaron las limitaciones y marcharon audazmente hacia el futuro.