El surrealismo se originó en París en 1924, cuando el poeta y escritor francés André Breton publicó el primer manifiesto surrealista.
Influenciado por las teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud, Breton utilizó el surrealismo para minar los reinos inexplorados de los sueños, el subconsciente y lo irracional. Nacido después de la Primera Guerra Mundial, el surrealismo fue influenciado en gran medida por el movimiento de arte de vanguardia Dada y atrajo a una gran variedad de artistas galvanizados por las posibilidades creativas para provocar deseos inconscientes y transmitir la subjetividad a través de medios visuales.
Valentine Hugo, Retrato de Arthur Rimbaud.
Breton reclutó a varios artistas e intelectuales que residían en París para contribuir al movimiento, y algunos de sus primeros miembros incluyeron a Max Ernst, Salvador Dalí y Valentine Hugo. Reconocido por su inclusión social, el surrealismo fue revolucionario en su defensa de las mujeres artistas y por su defensa de la liberación sexual, permitiendo a las artistas jugar con los tabúes y los roles de género tradicionales. Esto culminó en algunas de las primeras expresiones de identidades fetichistas y transgénero, como se ve en el trabajo de Claude Cahun, Man Ray y Hans Bellmer.
Max Ernst, Tremblement de terre printanier.
Arte Surrealista
El proceso surrealista buscó liberar la mente del orden racional de la sociedad. Los artistas surrealistas desarrollaron nuevas técnicas artísticas como frottage, decalcomania, grattage y fumage y se basaron en las consecuencias de los accidentes felices y la oportunidad para informar el desarrollo de la composición.
Los surrealistas también adoptaron el dibujo automático para desbloquear la mente consciente. El Cadáver Exquisito, una conocida técnica promovida por Breton, fomentó la creación artística colaborativa. Todavía utilizado en la actualidad, el ejercicio se inicia con una oración, collage o boceto que luego se pasa al siguiente participante, quien agrega al trabajo –sin saberlo– la entrada anterior. Este método aprovecha el azar y, a menudo, crea obras extrañas, humorísticas o inquietantes.
Man Ray, Electricidad.
Si bien París fue reconocida como el epicentro del movimiento surrealista, su influencia también se sintió en Inglaterra. En 1933, un grupo selecto de artistas de vanguardia que incluía a John Armstrong, Barbara Hepworth y Henry Moore formaron Unit One y jugaron un papel importante en la organización de la Exposición Surrealista Internacional en Londres en 1936.
A menudo irracionales y lógicamente inexplicables, las escenas oníricas del icónico artista surrealista Salvador Dalí se han vinculado inextricablemente con el movimiento. Reconocido por su habilidad técnica y excentricidad, la obra maestra de Dalí Couple aux têtes pleines de nuages, 1937 (foto inicial), se vendió recientemente en Bonhams por 8.7 millones de dólares.
Del mismo modo, el arte surrealista del artista belga René Magritte suele alcanzar altos precios; su hermoso pero misterioso Torse nu dans les nuages logró 9.9 millones de dólares en la sala de ventas de Bonhams New York en 2021.
René Magritte, Torse nu dans les nuages.
Fotografía Surrealista
La fotografía ocupaba un papel fundamental en el arte surrealista y se publicaba regularmente en revistas asociadas al movimiento, como La Revolution y Minotaure. Al contrario de la pintura, que se alimenta naturalmente de la imaginación, la cámara normalmente captura el mundo real y material.
René Magritte, El baño de cristal.
Artistas como Man Ray, Hans Bellmer y Dora Maar adoptaron el medio creando técnicas de manipulación como la doble exposición, la impresión combinada, la solarización, la rotación, la distorsión y el collage/montaje. Las sorprendentes imágenes en blanco y negro de Maar a menudo documentaban a artistas y figuras famosas de la época, mientras que sus fotomontajes surrealistas presentaban extrañas combinaciones de textiles y formas que a menudo incluían elementos arquitectónicos.
Leonora Carrington, Operación Miércoles.
Diseño surrealista
Desde la década de 1930, el surrealismo ha seguido teniendo una influencia significativa en varias formas de diseño, desde muebles y arquitectura hasta diseño gráfico y moda. Las formas y motivos naturales adoptados por los surrealistas inspiraron a famosos diseñadores y arquitectos como Carlo Mollino y Gio Ponti, cuyas obras a menudo representan las formas biomórficas y las líneas fluidas del arte surrealista.
Francis Picabia, Paysage suisse.
Algunos de los objetos surrealistas más icónicos nacieron de la colaboración entre Dalí y el poeta inglés Edward James. Los dos se conocieron por primera vez en 1935 y crearon el Mae West Lips Sofa y el Lobster Telephone, que se consideran dos de las obras más icónicas del surrealismo.
La influencia del movimiento en el diseño fue global y llegó hasta Japón. El diseñador Shiro Kuramate exploró una miríada de interpolaciones surrealistas dentro de su trabajo.
Exposiciones recientes como Objets of Desire: Surrealism and Design 1914-Today en Vitra Design Museum muestran la propensión a la colaboración imaginativa entre artistas y diseñadores dentro del ámbito del surrealismo.
Giorgio de Chirico, Apparizione della ciminiera.
Literatura Surrealista
El primer ejemplo de literatura surrealista, Los campos magnéticos, fue escrito por Breton y Philippe Soupault en 1919 y contiene obras automatistas y relatos de sueños. Similar al arte surrealista, la literatura rechazó la organización del pensamiento, dando como resultado un texto abstracto que a menudo es difícil de analizar.
En el mundo de los libros y manuscritos, el surrealismo se puede dividir en tres categorías: livres d’artiste creados por artistas y fotógrafos surrealistas; obras literarias como los manifiestos surrealistas, o la poesía y la prosa de Breton, Paul Éluard, Tristan Tzara, Guillaume Apollinaire o Franz Kafka; y finalmente, obras surrealistas ‘accidentalmente’ de aquellos que tradicionalmente no se consideran surrealistas, como los victorianos Lewis Carroll y Edward Lear, así como figuras modernas como John Lennon y Spike Milligan.
André Breton, Minuit juste.
En literatura y libros, el surrealismo es donde lo encuentras búhos y mininos antropomórficos, submarinos amarillos, metamorfosis y la interpretación de los sueños: los motivos surrealistas aparecen a lo largo de los siglos, ya sea por casualidad o por diseño.