En medio del vibrante latido de Art Basel en Miami, se desarrolló una narrativa profunda: un llamado a reconocer, aceptar e interconectar a través de la expresión artística.
Esta bulliciosa ciudad se convirtió en un lienzo donde diversas voces se alzaron, mientras la vida nos insta a redescubrir la alegría de vivir en armonía, exhortándonos a abrazar la profunda interconexión entre la percepción de uno mismo y la conciencia colectiva. En este escenario, emergió una nueva ola de artistas, tejiendo historias que rindieron homenaje a legados ancestrales, desafiando valientemente normas sociales y estándares de belleza.
Una de estas luminarias fue el coreano Hyegyeong Choi, cuya primera exposición en solitario en Miami en "NADA", entre el caleidoscopio de expresiones artísticas, se erigió como una voz que rompía las cadenas de las expectativas sociales y los estándares normativos de belleza. El arte de Choi da vida a figuras femeninas y criaturas híbridas, navegando paisajes surreales y escenas vibrantes llenas de flora caleidoscópica y vistas oníricas, incitando a la contemplación sobre la esencia del ser.
De manera similar, los autorretratos surrealistas de Heather Benjamin tejieron una tela de poder y complejidad femenina. Sus lienzos, adornados con avatares que van desde guerreras hasta seres místicos, profundizaron en las capas multifacéticas de las experiencias de las mujeres.
Se presentó el performance Hope is a verb [foto inicial], una actuación colaborativa que evoca la conexión humana con la naturaleza; tuvo lugar en Faena Beach, en Miami, donde tres hilos distintos se tejen a la perfección: Tierra, Agua y Corazón. Este trabajo fue encargado por Ximena Caminos para apoyar a thereefline como activación para el Laberinto: Viaje a través del yo algorítmico de Sebastián Errazuriz.
Estas exposiciones trascendieron meras muestras artísticas; reflejaron las energías de nuestro mundo en evolución. Simbolizaron el ascenso de lo femenino divino, una fuerza suave pero poderosa que sana tanto a la humanidad como a nuestro planeta. Cada trazo de pintura y cada actuación fue un reflejo de esta nueva conciencia, una manifestación del intrincado tejido que nos une a esta nueva Tierra.
Sin embargo, más allá de estas galerías, se presenta una invitación: una oportunidad para impregnar nuestros hogares con las energías de lo femenino. El arte y la expresión se extienden más allá de las galerías; son símbolos potentes que resuenan en nuestros espacios vitales. Estos elementos, impregnados de intención, se convierten en anclas que dan forma a atmósferas armoniosas que irradian alegría tanto dentro como fuera.
Texto: Apollonia Keys Martínez, conferencista y especialista en estilo de vida. ± Foto: Art Basel