Tres Vidas fue reabierto, en 1995, tras el rediseño de Robert von Hagge, quien se encargó de colocar sus tradicionales e innumerables jorobas y unos fairways que corren a lo largo del mar. Diez lagos e infinidad de trampas de arena ofrecen al golfista el reto de colocar siempre la pelota en el centro, sin titubeos.

Cinco hoyos colindan con el océano Pacífico, en este largo campo que supera las 7200 yardas desde las tees de Campeonato, con greens de pasto Tifdwarf y fairways de Tifton 419, ideal para resistir el agua salada. Aquí es imprescindible el uso del carrito y del bronceador, para aprovechar la presencia del sol a lo largo de los 18 hoyos. Y como anota Von Hagge: “el campo de golf Tres Vidas es considerado como una de las perlas del golf mexicano. Tres Vidas será el centro de atención, ya que cuenta con uno de los más impactantes ‘links courses’ de todo el continente”.

Entre los hoyos resalta el 3, un par 3 de 190 yardas, cuya tee de salida apunta directo al mar, por lo que el tiro debe ser rasante, con el maravilloso escenario de olas reventando en pleno mar abierto. Por si fuera poco, cuenta con seis trampas de arena, con agua a la entrada del green.

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Un segundo hoyo, digno de admirarse, es el 9, un largo par 4 donde se está a expensas de los caprichos del viento y depende del talento del golfista en la selección del bastón para el segundo tiro, que va de un fierro 4 al 8. Hay que tener cuidado con la enorme trampa de arena que serpentea a lo largo del fairway. El segundo tiro debe ser a la derecha del green, que atrás tiene la playa. No hay que dejarse impresionar por las enormes olas que estallan a unas yardas del green.

Al iniciar la segunda parte del recorrido está el par 5 del hoyo 10, de 528 yardas, con el green en una isla, pero sorprende más la vista que la dificultad del golpe.

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En la casa club de Tres Vidas los jugadores encontrarán una tienda bien surtida, así como un staff de instructores profesionales, vestidores, gimnasio, lounges y restaurante. Con excepción de los hoyos 2 y 13, el resto tiene agua, ya sea en el fairway o el green, incluido el 17 que tiene una enorme trampa de arena. Más de 70 trampas, algunas naturales, están a la espera de un mal tiro.

Tanto el campo como la casa club son administrados por Troon Golf, con sede en Scottsdale, Arizona. Esta empresa tiene el manejo de más de 140 campos en el mundo, los cuales están distribuidos en 26 ciudades de 11 países, y 26 de ellos están clasificados entre los 100 mejores del orbe por publicaciones internacionales.  

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Texto: Laura Velázquez ± Foto: Fairmont Princess, Tres Vidas