Los trofeos entregados en el podio de cada Gran Premio de Fórmula 1, proyectan la tradición y modernismo de cada sede.

En el caso del Gran Premio de la Ciudad de México, la pieza artesanal que se otorgará el domingo 27 de octubre al ganador desde la edición de 2015 es una obra artesanal elaborada en plata .925 y montada sobre una base de cuarzo verde llamado aventurina.

En su conjunto, se trata de una pieza simétrica, llena de libertad y movimiento, que muestra líneas que simulan las alas del águila real, protagonista del escudo nacional, que evoca su velocidad y poderío.

Con nueve años presente en el podio de vencedores del Gran Premio Mexicano, ya es una pieza tradicional de Fórmula 1, como también lo son el galardón que se ofrece en el GP de Mónaco, con la silueta del mítico circuito callejero monegasco; o el Royal Automobile Club Trophy, un emblema en la carrera de Silverstone, e incluso los vistos en el GP de Japón, que son obras relacionadas con la cultura nipona.

El codiciado galardón mexicano de Tane ha sido levantado por tres pilotos: la primera vez por el alemán Nico Rosberg (2015); dos veces por el británico Lewis Hamilton (2016 y 2019), y cinco veces por el neerlandés Max Verstappen (2017, 2018, 2021, 2022 y 2023). La tercera de pilotos han resultado campeones de F1.

La casa joyera mexicana prepara cuidadosamente cuatro trofeos cada año. Uno para los tres primeros lugares de la carrera y uno más para la escudería ganadora. Y para diferenciarlos se elaboran en dos diferentes dimensiones: primer lugar (piloto y constructor) tienen una medida de 60×15×11 cm, mientras que para el segundo y tercer puesto es de 47×13×9 cm.