Emprender un recorrido por el mar se dice fácil, pero es una empresa que conlleva mucho trabajo. Tal es el caso de la embarcación mexicana IATAIA, cuya tripulación durante más de un año estuvo preparando una travesía que los llevaría partiendo desde Acapulco hasta Australia.

La travesía inicio el 18 de abril de 2007, partiendo con rumbo a las islas del pacífico sur para finalizar con la llegada a Coffs Harbour, Australia justamente seis meses después, el 18 de octubre, recorriendo   un total de 10 mil millas náuticas, o alrededor de 18 mil kilómetros.

En esta aventura, los tripulantes del IATAIA recorrieron como máximo por día un total de 200 millas náuticas, con velocidades máximas de viento de hasta 48 nudos (aproximadamente 85 kilómetros por hora), y durante la travesía la máxima velocidad de la embarcación fue de 17 nudos y la mínima   incluso de 0 nudos, situación que se presento frecuentemente.

 

 

De acuerdo con Marcos Rodriguez, responsable de la embarcación y de este proyecto, el 95 por ciento de la travesía se hizo a vela y el 5 por ciento restante fue con ayuda de un motor y debido a las fuertes corrientes el IATAIA encallo una vez, por lo que requirieron asistencia y a la vez les sirvió para conocer personas y lugares increíbles.

 

Regata Sydney Hobart

Como parte de esta aventura los tripulantes del IATAIA – Alexis, Alex, Carlos, Diego, Franco, Marc, Marcos, Ricardo, y Victor – todos mexicanos se aprestaron a recorrer las 628 millas náuticas que comprenden esta competencia del 26 al 30 de diciembre.

Convertida en una de las regatas más famosas y también una de las más demandantes a nivel mundial debido, entre otras cosas, a que se debe cruzar por el estrecho de Bass uno de los lugares más peligrosos para la navegación a vela.

 

 

 

El IATAIA fue el primer barco mexicano en competir – y terminar - en este evento durante su 63ª edición, que tuvo a 82 competidores y entre los cuales el barco mexicano entro en el lugar 60. Para ello los participantes mexicanos se organizaban en guardias de 4 personas en cubierta durante cuatro horas, ajustando y cambiando velas, llevando el timón, dando mantenimiento y haciendo contrapeso, mientras los demás descansaban en lapsos de 4 horas tiempo en el que podían comer y asear el barco.

Sin duda la travesía y la competencia en la regata marcan un hito en la historia de veleros mexicanos compitiendo a nivel internacional, demostrando que el esfuerzo y las ganas de hacer las cosas existen.

 

 

 

 

Texto: Rafael Luna Grajeda ± Foto: Marcos Rodríguz, Tripulación IATAIA.