Destroyer del capitán Sáenz
Desde 1906, una competencia sobre las aguas del Océano Pacífico se realiza cada dos años para recorrer cerca de 4.121 km en mar abierto. La Trans-Pacific Yacht Race, mejor conocida como Transpac, es una de las principales regatas en el mundo de la vela; parte de la costa de California en Point Fermin, San Pedro, y finaliza en las islas Hawái, llegando al faro de Diamond Head en Honolulú.
En esta carrera, una de las dos más antiguas del planeta y la más extensa, las embarcaciones enfrentan fuertes vientos portantes que los llevan a máximos de adrenalina.
La Transpac que inició el pasado 13 de julio, contó con la participación de 61 embarcaciones provenientes de Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda y México; siendo tres los navíos mexicanos: Destroyer, Patches y Peligroso.
Con el viento a favor
Bajo el mando del capitán Eduardo Sáenz, hijo del memorable Aarón “El Chato” Sáenz, el Destroyer y su tripulación zarparon para poner en alto el nombre del país y del Club de Yates de Acapulco (institución que este año celebra su 60 aniversario).
El Destroyer, un yate TP52 perteneciente a la División 2, fue adquirido en el 2013 para este torneo por Eduardo Sáenz, quien reunió a un grupo de entusiastas y excelentes veleristas para conformar su tripulación. Entre ellos se encuentran sus hijos Eduardo Sáenz Jr. y Jimena Sáenz, quienes han navegado en familia desde la infancia. Eduardo Jr. comenzó su experiencia en altamar en 2010 y ha participado en dos Transpac, en ambas ocasiones a bordo de Peligroso; Jimena, la única mujer en el Destroyer, se inició en la Clase Optimist en Valle de Bravo y se ha convertido en el vínculo fortalecedor de este equipo.
La tripulación se preparó para la Transpac 2015 durante dos años, con entrenamientos una vez al mes en el puerto de Acapulco. Con nervios, emoción y diferentes expectativas, su división emprendió la competencia el 18 de julio.
En la travesía se enfrentaron a los retos de climas cambiantes de días soleados y otros nubosos, de brisas bajas y fuertes vientos en medio de la nada, donde se navegó a velocidades increíbles.
La comida fue una de sus dificultades, con dos días a dieta basada en alimentos deshidratados y una bolsa de aperitivos por día, además de la falta de agua potable y la adecuada higiene; otra fue un par de reparaciones que hubieron de realizarse en el velero, así como de algunos instrumentos tecnológicos que fallaban en su funcionamiento.
Sin embargo, ante la adversidad la tripulación mostró su mejor ánimo y sentido del humor, con una verdadera unión, complicidad, compromiso y concentración admirable.Una aventura en que la vela no descansó y continuó a sol y luna hasta llegar a la meta final después de ocho días y 18 horas.
El gran esfuerzo del equipo del Destroyer les valió un segundo lugar, con el orgullo y felicidad conjunta de ir seguido del Patches del capitán Eduardo Porter en la tercera posición y el Peligroso del capitán Lorenzo Berho en la cuarta, por lo que el país se vanagloria de una de las mejores actuaciones nacionales en la historia del Transpac.
Tras este éxito, el Capitán Eduardo Sáenz cumplió un reto más, un sueño compartido con su tripulación y en memoria de su padre. Motivado en impulsar a la vela en México, ha organizado por más de 10 años la Copa Aarón Sáenz con afluencia de hasta más de 200 barcos, y ahora junto a sus 10 compañeros compartió la pasión por aquello que los mueve como olas furiosas de tormenta en el mar: la navegación.
Tripulación del Destroyer
- Eduardo Sáenz (Capitán)
- Jimena Sáenz
- Eduardo Sáenz Jr.
- Ricardo Aguilar
- Erik Brockmann
- Jerónimo Cervantes
- Eusebio Gómez
- Bruce Cooper
- Dave Millet
- Parker Mitchell
- Memo Mejía
Texto: AMURA ± Foto: Regata Transpac