Con el signo del avance tecnológico

Muchos científicos trabajan expuestos a fuertes cuerpos magnéticos, y todos necesitan un reloj que, además de resistir en ese entorno, sea preciso y confiable. Ésta es la razón de ser del Oyster Perpetual Milgauss: “mil”, como la cifra, y “gauss”, como la unidad de medida de un campo magnético. Hoy Rolex crea la nueva generación de reloj pulsera, que nació en la década de 1950, con el signo del avance tecnológico.

El movimiento y la pantalla magnética contribuyen a un funcionamiento excepcional cuando se ve sometido a intensos campos magnéticos. El mecanismo se ve favorecido por varias innovaciones que refuerzan su resistencia a perturbaciones magnéticas. Está equipado con un espiral parachrom, ideado y fabricado por Rolex, y el escape está provisto de una rueda de áncora, fabricada con un nuevo material paramagnético.

 

 

La caja de oro blanco de 18 quilates luce un bisel engastado de zafiros negros, talla baguette, y diamantes incrustados en el centro de las asas. El brazalete combina piel de raya y caucho en una constelación de brillantes provisto con cierre de hebilla desplegable, reflejos negros y brillantes adornan los indicadores de hora con diamantes de la esfera.

El Milgauss es automático, con rotor perpetual, certificado por el Control Oficial Suizo de Cronómetros (COSC) y hermético hasta 100 metros, disponible en acero.    

 

Texto: Rafael Luna Grajeda ± Foto: Cortesía de Rolex.