Gotas de mar y tiempo
¿Qué mujer no se siente identificada con las perlas? No sólo por su perfección y su belleza, sino por la emoción que éstas provocan en quien altivamente las porta y las expone.
Las perlas son el reflejo de la mujer, de su dedicación, de su ternura, su belleza y una fascinante manifestación de la mágica unión de la mar y el tiempo. Las perlas son símbolo de feminidad, de fortaleza, de personalidad y una suave expresión de lo que representa ser mujer.
La firma Peyrelongue Chronos identifica la perfección como el distintivo esencial que hace lucir a las perlas cuando son portadas por una dama, razón por la cual nos invita a visitar su amplia y selecta gama de estas hermosas piezas, nacidas en diversas partes del mundo . Destaca su South Sea Pearl Collection, integrada por piezas provenientes de Australia, Nueva Zelanda, Indonesia y Filipinas, regiones cuyas creaciones naturales sobresalen por ser las más apreciadas y valiosas, debido a su belleza, su rareza y durabilidad.
La industria de las perlas es todo un mundo de fascinación. Por mérito propio, cada pieza se gana el distintivo de Gema Única, Exquisita y Extraordinaria. Su valor, nos recuerda Peyrelongue Chronos, se establece con base en varios factores: primeramente su tamaño, que comúnmente oscila entre los 9 y 18 milímetros y en casos extraordinarios llega a sobrepasar los 40 cm.
La forma, o diseño, es otra variable que aumenta su atractivo y su valor: las perlas más apreciadas son las esféricas, seguidas especialmente por las barrocas, peras y botones. Y no olvidemos su “oriente” –el brillo característico de la piel de las perlas– ni su pureza: mientras más limpias y menos imperfecciones presenten, serán mejor aquilatadas. Y por último, su color: los que más favorecen a que la perla sea mejor evaluada son blanco, blanco grisáceo y el amarillo intenso, o golden.
Las más hermosas perlas, mágicas gotas de mar y tiempo, alcanzan un nivel de máxima excelencia en Peyrelongue Chronos. Su surtido y su “expertise” justifican plenamente una visita a su bella sala de exhibición.
Texto: Luis Peyrelongue ± Foto: ©Peyrelongue Chronos