Para la firma DeWitt, el Tourbillon Force Constante representa un sueño que fue trabajado arduamente para hacerlo realidad. Esta fina obra de relojería abordó de lleno una de las incógnitas más antiguas dentro del arte de crear relojes: la transmisión regular de energía hacia el mecanismo.

A través del Tourbillon Force Constante, DeWitt logró crear un dispositivo adicional que permite transmitir impulsos de energía idéntica, sin importar la tensión del barrilete, cada diez segundos al tourbillon. De esta manera, se agregan tres ruedas adicionales al sistema tradicional de un reloj: una rueda media pequeña y dos ruedas de transmisión, entre la fuerza motriz (barrilete) y el regulador (tourbillon).

 

 

La estética del reloj sólo puede igualarse con la proeza técnica de su mecanismo, y se conforma de una carátula, hecha con de oro de 18 quilates, que presenta breves aberturas que dejan entrever la complejidad de las 192 piezas que integran la maquinaria de esta pieza de relojería.

 

Texto: AMURA ± Foto: Tourbillon