Su alargada costa principal recuerda la geografía de Chile: ambas se estiran a su máximo, como si quisieran abarcar de un abrazo toda la belleza que encierran sus mares. A diferencia del país sudamericano, Croacia tiene además una buena extensión tierra adentro, en su parte norte, donde se abre paso entre Eslovenia, Hungría, Bosnia Hezergovina -su mayor frontera- y Yugoslavia. Esa combinación de mar y montaña permite a su naturaleza ofrecer un turismo activo que abarca desde el vuelo en planeador (glider) hasta el buceo en aguas medias, pasando por esquí, navegación a vela, pesca deportiva de superficie y submarina, canotaje, navegación por rápidos en kajak o balsa (rafting) y buceo.

 

BAJO EL AGUA TURQUESA

Y si en la superficie encontramos un país plagado de maravillas naturales, culturales y culinarias, bajo el agua descubriremos bosques de gorgonias, cuevas y, desde Istria hasta Dalmacia, barcos hundidos en distintas épocas al sortear este archipiélago tan largo como el país mismo. La mayoría pueden verse sin mayor dificultad posados a profundidades que van entre los 20 y 40 metros.

 

 

 

Hay más de 140 centros de buceo con personal especializado, equipo y capacitación disponibles. Se dan cursos de buceo deportivo en la variante de apnea (retener la respiración) y con tanque, tanto para principiantes como para buzos experimentados, e inmersiones con guías conocedores de estas aguas. Los requisitos para practicar este deporte en un centro de buceo son un permiso internacional de submarinismo y el abono de unos 13 Euros (17 dólares) en cualquiera de estos centros.

La mejor época para bucear en Croacia es entre mayo y octubre, cuando la temperatura es más agradable. Si la inmersión llega a los 30 metros, la temperatura es de unos 17ºC durante todo el año. Las corrientes son otro factor a tomar en cuenta, así que una precaución que no sobrará será preguntar a los lugareños expertos para evitar una sorpresa o un franco peligro. También se debe tomar en cuenta que el acceso a algunas zonas está restringido, y las violaciones a estos límites se pagan con multas.

Algunos vientos pueden determinar nuestra actividad en la superficie. Durante el invierno, el frecuente Bura sopla seco; en verano, en ráfagas frías; el Siroco levanta grandes olas; una brisa veraniega que sopla sólo de día, por último, es el Mistral.

 

BARCOS HUNDIDOS

La intensa actividad comercial de esta parte del mundo se ha desarrollado sobre todo a través del Mediterráneo y sus derivados.  En el fondo del Adriático hay barcos piratas que naufragaron mientras se dirigían a ocultar sus tesoros en las calas y grutas submarinas que hay en estas costas. También los griegos y los romanos navegaron el Adriático. Durante la Edad Media, las rutas por mar entre Italia y el Oriente Medio eran muy transitadas y cobraron un auge íntimamente relacionado al de Venecia -capital comercial de la bota itálica-. Ese tráfico marítimo tuvo un exitoso desarrollo y algunos naufragios, a los que se sumaron los producidos por las batallas navales de los siglos XIX y XX. Hoy, esa costa está convertida en museo subacuático. De los navíos que guardan las aguas turquesa de Croacia, los más importantes son:

 

 

 

 

BARÓN GAUTSCH, en Istria. En sólo 10 minutos se hundió este buque austro-húngaro de pasajeros en 1914, en los inicios de la Primera Guerra Mundial, al toparse con un campo minado subacuático; fue la mayor pérdida de su marina mercante nacional. Construido en 1908, mide 89 metros y está a 35 de profundidad. Se bautizó en honor del Primer Ministro, el Barón Gautsch. Debido a que está protegido por el Ministerio de Cultura, sólo es posible visitarlo a través de un centro de buceo habilitado para ello. Se recomienda únicamente para buzos experimentados, dada la profundidad mencionada y la distancia a la que se encuentra de la costa, en mar abierto. Valga decirlo: el naufragio es muy pintoresco, cubierto de algas, esponjas y flora subacuática de todos colores. En el interior viven numerosas variedades de peces, como la anguila congrio (conger eel).

PELTASIS, apodado “El Griego”, hundido en la bahía de Kvarner. Este carguero griego naufragó en 1968, durante una tormenta. Está a una profundidad entre los 20 y 30 metros, y es posible acceder a él. Mide 60 metros y tiene un tonelaje de 874. Su mástil está a sólo 7 metros de la superficie, y su base a 32. Está en posición vertical, de una pieza. “Peltasis” es una polilla o mariposa nocturna encontrada sobre todo en Australia. Sus alas extendidas miden 2 centímetros.

 

FRANCESCA DA RÍMINI, cerca de la costa norte de Kaprije, Dalmacia. Fue torpedeado en 1944. Originalmente era de insignia italiana, pero pasó a manos alemanas y era usado para transportar armamento. El nombre del buque alude a Francesca da Rímini (1255-1285), noble italiana contemporánea histórica de Dante Aligheri, quien la inmortalizó en su Divina Comedia como símbolo de la lujuria. Por así convenir políticamente a su padre, se casó con Gianciotto Malatesta de Rímini, pero se sintió atraída por Pablo, hermano menor de Gianciotto. Cuando éste descubrió el amorío, asesinó a ambos.

 

 

 

 

S-57, en la costa de Peljesac, sur de Dalmacia, entre los 27 y 30 metros de profundidad. Es uno de los que mayor interés despierta de cuantos hay bajo las aguas del Adriático, pues se trata de un buque de la Segunda Guerra Mundial y uno de los mejor equipados de esa época. Lo hundió su propio capitán en 1944, en una misión para rescatar supervivientes de un naufragio anterior provocado por la marina inglesa. El capitán prefirió hundirlo antes que permitir que los aliados se apoderaran de él.

Submarino U-82, que se encuentra cerca de la costa, a unos 35 m de profundidad. Este fue uno de los 7 submarinos alemanes que fueron hundidos justo antes de que finalizase la II Guerra Mundial. Aunque solamente la popa ha sido encontrada, está abierta y los buzos pueden observar sus 2 motores diesel en su interior.

Flamingo, nave austriaca que fue hundida en 1914 en la I Guerra Mundial por una de sus propias minas. Los intentos por salvar a la tripulación fueron en vano, pues el fuerte viento y las grandes olas lo hicieron imposible. El barco todavía guarda un torpedo dentro de su lanzador. Aunque tiene dañada su popa, la hélice se conserva en buen estado. Debido a que se encuentra a una profundidad de 40 a 45 metros, su exploración se recomienda sólo a submarinistas con experiencia.

 

Texto: Alfonso López Collada ± Foto: Kybernaughty / Rudgr 1 / Diving Leisure London