Por siempre majestuoso

El calor es abrumador. Los 38°C obligan a los habitantes de la sabana africana a buscar alguna sombra que los proteja del cruel sol; es común que con estas temperaturas se vislumbren debajo de algún árbol pelajes amarillos pardos pertenecientes al Panthera Leo Leo, mejor conocido como León Africano. Imponentes descansan en manadas de hasta 20 integrantes. Es sencillo distinguir a los leones dominantes; suelen ser de uno a cuatro machos los que rigen toda la manada, mientras que el resto son leonas adultas, leones jóvenes y las crías. Los machos pueden medir más de tres metros de largo (contando su cola), y pesan entre 180 y 270 kg. Sus cabezas son coronadas por un impresionante pelaje más largo que el del resto del cuerpo en tonalidades amarillas; a este pelaje se le conoce como melena. Y como característica particular de esta especie, su melena cuenta con terminaciones oscuras que ofrecen una mayor prominencia a simple vista –la melena comienza a crecer a partir de los 10 meses. Por su parte, las leonas llegan a medir 2.5 m de longitud y pesan aproximadamente de 170 a 185 kg. A diferencia de los machos, ellas no tienen melena, pero su pelaje también es amarillo pardo. Con estas medidas, el Panthera Leo Leo es catalogado como el más grande en su especie.

 

 

 

Si alguna vez te sientes como un animal entre los hombres, sé un león
– Criss Jami

 

El desarrollo de los leones y las leonas es muy diferente pese a que pertenecen a un mismo grupo: la leonas están destinadas a vivir toda su vida con la misma manada, fungiendo el papel de cazadoras y “enfermeras”. Si llegan a tener crías, suelen ser dos cachorros al año, y bien se sabe que para el alumbramiento y los primeros meses de vida de las crías, las madres se exilian para luego volver e insertar a los pequeños en la manada, convirtiendo a sus crías en las crías de todas, pues las demás cuidarán de ellos como si fueran su propios cachorros. Por su parte, los machos son expulsados cuando cumplen una edad adulta. Esto los obliga a tomar cualquiera de los siguientes caminos: por un lado, buscar la conquista de alguna manada mediante violentas e incluso mortales peleas con los leones líderes; si resulta victorioso, el nuevo miembro entra al selecto círculo de los leones dominantes y se convierte en uno de ellos, si por el contrario no logran conquistar ninguna manada, el propio macho se asume a sí mismo como un león solitario.

Dentro de la manda existen reglas que se deben acatar para la prosperidad del grupo. Comencemos por la caza; anteriormente he mencionado que las leonas son las encargadas de esta labor. Sus presas pueden variar entre antílopes, cebras, jirafas e incluso elefantes, y dependiendo de esto, definen su estrategia de ataque. Una de esas reglas es esencial: actuar en equipo, ya que bien saben que algunos animales las superan en velocidad, tamaño y fuerza. En la caza también participan los leones jóvenes que han cumplido poco más del año de edad; una vez conseguido el botín, la jerarquía se hace presente, pues los primeros en comer son los leones, luego las leonas, siguen los jóvenes y por último los más pequeños. Los machos, además de ser los grandes jerarcas, son los encargados de defender el territorio que llega a medir de 200 a 260 km; marcan matorrales y árboles, y asimismo, imponentes, rugen feroces para ahuyentar a sus oponentes. Hay que recordar que al ser el más grande de los felinos africanos, su rugido también es el más largo y fuerte.

 

 

En Botsuana se pueden encontrar estos maravillosos ejemplares en la Reserva de Moremi, lugar en el que se ha buscado su preservación, pues aunque no es una especie en peligro de extinción, se encuentra catalogada como Vulnerable por la UICN. Esto no se debe propiamente a que el León tenga algún depredador natural, aunque es necesario hacer mención de que los cachorros y leones más viejos llegan a ser presas para hienas y búfalos; por otra parte y sin lugar a duda, la invasión de su hábitat ha sido la pieza clave que los ha llevado a atacar el ganado de las granjas cercanas, provocando que los lugareños los vean como “intrusos” y propicien su caza e incluso envenenamiento.

Actualmente la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre incluye al león africano en peligro de extinción; es decir, su comercio está estrictamente prohibido.

El tiempo y la conciencia serán los encargados de la conservación de este gran felino, que por mucho su belleza y majestuosidad superan las letras aquí escritas.

 

 

 

Texto: Teresa Morales ± Foto: wallhere / TNG / LONELY PLANET / MOERENI TRAVEL / ONT / pxhere