Con una ubicación privilegiada en el Océano Índico, al sur de la India, la República de Maldivas se caracteriza por sus cálidos océanos azules e increíbles playas de arena blanca. Está conformada por 26 atolones de más de mil islas de las que 200 se encuentran deshabitadas.

Entre todas, Vaadhoo, que se encuentra en el atolón de Raa, posee una auténtica atracción turística natural. Y es que, en las Maldivas, existen tres formas de disfrutar de las estrellas: Durante una sesión de esnórquel, en el cielo durante las noches despejadas y en el mar.

 

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Mar lleno de estrellas

Científicamente conocido como bioluminiscencia, el mar de estrellas en Vaadhoo, actualmente deshabitada, suele ser uno de los mayores atractivos de la isla. Se trata de un proceso que se da luego de que el fitoplancton, pequeños seres luminosos y principal alimento de especies marinas, entra en contacto con el oxígeno, provocando una reacción química (luciferina) juntándose con la encima luciferasa cuando el agua entra en movimiento, obteniendo así energía química que se convierte en lumínica.

El resultado: Una linterna gigante, donde luces azules bailan a la orilla de la playa, en las pisadas en la arena, en las olas surcadas por surfistas y las barcas de viajeros que agitan la calma del océano; la luz se hará más intensa en el momento justo en que las olas rompen, es decir, cuando el mar está más agitado.

Si bien la bioluminiscencia puede disfrutarse en otros lugares de todo el mundo, como en Laguna Grande, Puerto Rico; la laguna de Manialtepec, Puerto Escondido, Oaxaca; y la Bahía de Toyama, Japón; por mencionar algunas; son pocos los paisajes donde la climatología permite que se dé de una forma tan natural y constante como en Vaadhoo.

Es así como Maldivas se convierte en el sitio más impresionante a nivel mundial para disfrutar del fenómeno, en una noche de luna nueva y a través de una excursión de buceo nocturno donde, luego de la inmersión acuática, se apagan las antorchas y se agitan las aguas.

Para acceder al paraje paradisíaco que es Vaadhoo, lo más sencillo es a través de un hidroavión, o si nuestra principal característica es más bien la aventura, los dhonis (embarcaciones tradicionales de Maldivas) son la mejor opción al estar dotados de una estética que invita a soñar entre las aguas del Océano Índico.

Estas embarcaciones son uno de los íconos más característicos del archipiélago debido a su estética y su historia estrechamente ligada a los usos, costumbres y necesidades del pueblo maldivo.

Es tan así, que el restaurante Ba’Thelil Lounge se inspiró en la forma de los dhonis. Aquí, los huéspedes cenan en la cubierta bajo una impresionante puesta de sol y degustan de un menú de inspiración maldiva. En el interior hay también asientos desde donde puede admirarse la vida marina.

 

 

La biodiversidad en el Océano Índico

No es secreto que el archipiélago de las Maldivas no destaca por su fauna terrestre, compuesta por pequeños reptiles y algunas aves. En contraparte, posee una vasta diversidad marina compuesta por hasta 2 mil especies diferentes, entre ellas todo tipo de peces tropicales, anémonas, medusas, pulpos, peces cocodrilo, peces piedra, barracudas, delfines y tortugas.

Entre esta biodiversidad están el fitoplancton que, aunque pequeño, es el responsable del Mar de Estrellas anteriormente mencionado. A él se unen las famosas medusas luminosas, conocidas también como ‘mariposas del mar’, cuya forma de campana finaliza con varios tentáculos; por la noche, presentan un espectáculo lumínico que, aunque de belleza indiscutible, es recomendable ver de lejos y evitar el contacto directo con ellas por su mecanismo de defensa natural.

Es común encontrarse, durante una sesión de buceo, con los peces payaso de las Maldivas con su característico color rojo anaranjado y franjas blancas rodeadas de negro. Éstos, como el resto de los de su especie, viven en una ‘anémona magnífica’ que les brinda protección a cambio de que, con sus movimientos, limpien sus tentáculos.

El delfín spinner es una especie extremadamente social que permite ver en primera fila de sus múltiples giros en el aire que alcanzan hasta los tres metros de alto. Por otro lado, la tortuga carey prefiere la calma y las aguas tropicales en zonas rocosas, islas oceánicas, arrecifes de coral y zonas costeras de poca profundidad.

Entre otros animales de mayor tamaño están hasta 30 especies distintas de tiburones (el tiburón ballena, tiburón de puntas negras y puntas blancas, el tiburón gris, tiburón martillo, tiburón cebra) y mantarrayas.

El tiburón ballena es una de las especies más buscadas en las Maldivas al ser considerado como el pez existente más grande del mundo, con aproximadamente 12 metros de longitud. Es posible encontrarlo en cualquier época del año, en el atolón South Ari. Prefiere las aguas cálidas tropicales y subtropicales y son considerados inofensivos, teniendo en cuenta que su alimentación se basa en calamares, plancton y peces pequeños.

Infortunadamente, el número de tiburones en el lugar ha disminuido progresivamente en los últimos años debido a que se convirtió en un gran exportador de aletas de tiburón hacia China, Hong Kong y Taiwán. Como consecuencia, desde 2010 los tiburones no pueden ser pescados en los 90 mil kilómetros cuadrados de aguas territoriales que comprenden las Maldivas, convirtiéndose en una reserva natural. Desde entonces, ha sido conocida como la segunda nación en el mundo, solo después de Palaos, en Oceanía, en proteger la especie.

Maldivas es por excelencia un destino mundial para disfrutar de un mundo de criaturas fascinantes, es por eso que, desde junio de 2010, el atolón de Baa (o Maalhosmadulu Sur, ubicado al oeste y que comprende 75 islas) fue nombrado Reserva de la Biósfera Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), tras reconocer el “gran potencial para demostrar el desarrollo sostenible en la región, contando con una economía verde”.

Hanirafu, por ejemplo, es una de las bahías ubicadas en este atolón y es sumamente popular debido a las reuniones estacionales de mantarrayas durante los meses de mayo a noviembre, atrayendo a un sinnúmero de turistas que buscan su avistamiento. 

 

Texto: Alejandra Cañedo ± Foto: eco esferas, prt, finolhu, dt, INVESTIGACION DE Y CIENCIA, david douvilet