La existencia de las columnas de Hércules se ha narrado desde tiempos arcaicos. Están presentes en las tradiciones fenicias, quienes asociaron los peñones situados en el Estrecho de Gibraltar con las Columnas de Melkart –una representación del dios cananeo Baal (dios de la lluvia, el trueno y la fertilidad), que a su vez los griegos asimilaron con Heracles (Hércules)– y los bautizaron como las “Columnas de Heracles”. Para ellos también marcaban los límites del mundo conocido, un concepto que fue aceptado también por los romanos.
El semidiós Hércules nació de una relación entre Alcmena (una mujer mortal) y el dios Zeus, de quien heredó poderes sobrenaturales, entre los que destacaba su fortaleza sobrehumana. Apenas era un bebé cuando la diosa Hera –legítima esposa de Zeus– en un arranque de celos intentó matarlo poniendo dos serpientes en su cuna, las cuales fueron sometidas por el héroe recién nacido.
Años más tarde, el encarnizado odio de Hera volvió a manifestarse; esta vez le dio a beber una pócima que le enloqueció a tal punto que, confundiendo a su propia esposa y a sus hijos con enemigos, les mató. Después de aquella atrocidad, y en castigo por esta falta, fue condenado a servir a Euristeo de Tirinto durante 12 años consecutivos. Su nuevo amo, influenciado por su gran envidia por Hércules, intentó eliminarlo al encomendarle realizar doce trabajos aparentemente imposibles de cumplir.
Todas las fuentes conocidas demuestran que, en los tiempos anteriores a Platón, los griegos solamente conocen, y mencionan claramente, a unas únicas ‘Columnas de Hércules’, las del estrecho marítimo de Gibraltar, junto al Atlántico y la región de Gadeira.
Georgeos Díaz-Montexano, Atlantólogo, Escritor, Explorador.
Estos doce trabajos fueron: conseguir la piel del terrible león de Nemea; matar a la hidra de múltiples cabezas de Lerna; capturar a la Cierva de Cerinea; a los Pájaros de Estínfalo; y al jabalí de Erimanto. Para limpiar en un solo día los establos de Augías, cambió el curso del caudaloso río Alfeo. Otras hazañas consistieron en capturar al indomable toro de Creta, a las salvajes yeguas de Diomedes, y a los toros rojos de Gerión; así también, tuvo que conseguir el cinturón de Hipólita, reina de las Amazonas; robar las manzanas del Jardín de Hespérides, y por último, capturar a Cerbero, guardián de la puerta del Hades (el inframundo griego). Una tras otra fueron cumplidas todas estas gestas y Hércules salió victorioso de cada una de ellas.
Finisterre - Non Terrae Plus Ultra No hay tierra más allá
Para realizar la décima proeza de capturar los rebaños de Gerión (un gigantesco monstruo con seis manos, conformado por tres cuerpos, que era considerado invulnerable hasta que Hércules le dominó) tuvo que superar múltiples obstáculos. Uno de ellos fue el paso cerrado hacia el océano Atlántico por una gran montaña que él partió a la mitad; esto creó dos promontorios que separaron definitivamente a África de Europa. Es de esta forma que surge el monte Calpe (Gibraltar) en Europa, y el monte Abyla o Abila (unas teorías afirman que se trata de Yebel Musa situado en el norte de Marruecos, y otros alegan que es el Hacho, donde se ubica la ciudad española autónoma de Ceuta). Posteriormente logró llegar a la isla de Erítia, atravesando el recién liberado Océano. En otra versión de este mito, las Columnae Herculae fueron erigidas allí por el héroe para avisar que estos dos puntos montañosos a cada lado del Estrecho de Gibraltar marcaban el límite del mundo conocido, el fin del mar, el principio del caos, de lo desconocido. Esta fue una creencia firme durante la antigüedad y la Edad Media, hasta que los viajes de Colón comprobaron en la práctica que nuestro hermoso planeta es redondo. Por lo tanto, es imposible encontrar el punto geográfico de su fin. A partir de entonces, “ir más allá” significa abrir el rumbo a los mares que bañan las tierras del nuevo hemisferio, y el principio de grandes gestas históricas de la humanidad.
Las esculturas de Gibraltar
Durante el año 2007, el escultor Ginés Serrán-Pagán creó dos obras simbólicas dedicadas a este mito. La primera, llamada Las dos columnas de Hércules: Abyla y Calpe, representa la separación de los dos continentes, y la segunda retrata a Hércules uniendo las dos columnas: La unión del mundo: monumento a la paz mundial. Son dos figuras colosales de Hércules, esculpidas en bronce, de ocho metros de altura y con ocho toneladas de peso cada una. Constituyen las obras de mayor dimensión sobre la mitología clásica en el mundo contemporáneo, y ocupan el sitio donde se afirma ocurrió el mito: el estrecho de Gibraltar.
La figura de Hércules y sus mitos marcan cada rincón del Estrecho de Gibraltar.
Texto: Mariana Mares ± Foto: WOFF CHRONICLES/ ANCIENTROME/ ARTE Y ARQUITECTURA/ MAXRESDEFAULT / GIBRARTAR INFO/NATIONAL GEOGRAPHIC/5C FOTO/ VISITGIBRALTAR