La imaginación vuela con solo pensar en este punto de la tierra donde África y Europa se pueden observar entre sí, ya que en el Peñón de Gibraltar, enclavado en la Península Ibérica, se asoma nítida en el horizonte la costa africana de Ceuta (Colonia española en territorio  marroquí).

Su importancia cultural comienza en la prehistoria, cuando los hombres primitivos cruzaron de un continente a otro a través del Estrecho, desde Ceuta, donde se cree se asentaron nuestros antepasados hace 250.000 años. De acuerdo con la historia sobre los orígenes del ser humano en el planeta, primero fue el Australopithecus, encontrado en la región de África del Sur, que vivió entre 1,000.000 a 600 000 años a.C. Contemporáneamente existió el Homo Habilis, quien ya tenía destrezas en la fabricación de herramientas de piedra y había incluido la carne en su dieta. Después, el Homus Erectus, entre los años 500.000 y 200.000 a.C., poseía maxilares macizos, dientes grandes, un menor cerebro que sus antecesores y estaba mejor adaptado a la postura erecta al caminar. El Homo Neanderthalensis debe su nombre a que fue hallado en el Valle de Neander, Alemania, aunque también hubo descubrimientos equivalentes en Francia, Yugoslavia, Palestina y África del sur; pudo haber existido hace unos 120.000 a 60.000 a.C.

Vista desde el interior de Gorham’s Cave

Hace 5 millones de años, a principios del plioceno, se interrumpió la crisis de salinidad al desbordar las aguas del atlántico el gozne de Gibraltar, rompiéndolo, y en una colosal cascada que duró 100 años se creó el Mediterráneo. Gondwana y Laurasia quedaron separadas.
Surgió el estrecho de Gibraltar”. Carlos Ruiz Bravo, researcher

Excavaciones científicas en Gorham’s Cave.

Los científicos sugieren que 50,000 años a. C se conformaron los primeros asentamientos humanos en el Estrecho. Dicha información está avalada por el hallazgo del cráneo del Homo Cal-Picus (Hombre de Gibraltar) junto a herramientas y otros vestigios esparcidos principalmente en cuatro cavernas, entre ellas Gorham’s Cave, que han sido consideradas patrimonio mundial por la UNESCO, ya que contienen viviendas identificables del hombre prehistórico. Otras pruebas incuestionables han quedado plasmadas en el arte rupestre del Paleolítico superior y medio, Neolítico, y la Edad de Bronce, de diversas grutas de la zona.

El complejo de la cueva de Gorham, un sitio del patrimonio mundial de la UNESCO.

Cráneo de un Neanderthal femenino en una cueva en Gibraltar.

Encontrar la Atlántida es un anhelo que aún persigue la humanidad.

ENTRE ACONTECIMIENTOS Y MITOS 

Durante el año 2000 a. C., iberos y bereberes habitaban ambas orillas del Estrecho de Gibraltar. A partir del 1500 al 500 a. C., se refiere la permanencia del legendario reino de Tartessos; así como de la misteriosa isla Espartel, perdida bajo el mar unos 9.000 años antes de Cristo; ambas podrían tratarse de la desaparecida Atlántida, citada por Platón en sus Diálogos.

“Han pasado nueve mil años después de la guerra, que, según dicen, se suscitó entre los pueblos que habitan más acá y más allá de las columnas de Hércules (...) De la otra parte estaban los reyes de la isla Atlántida. Ya hemos dicho, que esta isla era en otro tiempo más grande que la Libia y el Asia, hoy en día sumergida por los temblores de tierra”. (Critias - Diálogos de Platón).

Las dos columnas de Hércules: Ábyla y Calpe, obra del artista ceutí Ginés Serrán Pagán. Mide 7m de altura y pesa 4 ton.

El interés por la ciudad perdida de Tartessos se remonta a la Antigüedad.

La existencia del reino de Tartessos fue referida por los griegos (Siglo IV a. C.) y en textos bíblicos.

A partir del año 1450 a.C., los fenicios (originarios del Medio Oriente, provenientes del Líbano, Siria y Palestina) se vuelven protagonistas de los acontecimientos en el Estrecho de Gibraltar. De acuerdo a Herodoto, desde las costas del golfo Pérsico llegaron al Mediterráneo, siguiendo las costas de Arabia, y trajeron consigo tesoros del pensamiento humano: el alfabeto, la astronomía, la medicina, la filosofía estoica. Socialmente, resaltaba su pericia en la expansión del comercio internacional, la diplomacia, la vida ordenada en ciudades, la democracia fenicia; así como el vidrio, la tinta púrpura, y los barcos. El primer testimonio gráfico de la navegación en el Estrecho data del año 1000 a. C., y se trata de una pintura rupestre en la Cueva de La Laja, representando naves fenicias; ellos fueron quienes marcaron el peñón de Calpe (Gibraltar) como el límite de seguridad para la navegación mediterránea.

Heródoto (426 a. C.), historiador griego considerado ya desde la antigüedad como el Padre de la Historia.

La cueva de la Laja es uno de los lugares con pinturas rupestres más representativos de la Península Ibérica.

Entrada a la cueva de la Laja.

La costa africana de Ceuta, territorio español en Marruecos.

La isla Perejil podría ser Eritia: escenario de la décima hazaña de Hércules.

La isla Perefil también podría ser la isla Ogigia de la Odisea de Homero.

La cultura fenicia jugó un papel preponderante en el Estrecho de Gibraltar.

En el siglo VII a.C., los griegos ocuparon Abyla (Ceuta) al tiempo que fijaron el Estrecho como el escenario de las Columnas de Hércules, que antes los fenicios llamaban las columnas de Merkart. Desde este punto se suceden confrontaciones a lo largo del tiempo entre fenicios, cartagineses, griegos, y romanos; más tarde se enfrentan bizantinos, bereberes, holandeses, franceses, españoles e ingleses en una continuidad de acontecimientos cardinales: momentos de rivalidad y enlace  entre mundos.

Es necesario despertar la imaginación, porque los propios especialistas exponen que en el caso del Estrecho de Gibraltar es preferible seguir su huella a partir de la mitología, pues la historia pervive en ella: los reyes, sabios, héroes de las antiguas civilizaciones perdidas, fueron narrados por los griegos, fenicios, egipcios, etc., convertidos en dioses, gracias a la fantasía de las historias. Se describe por ejemplo, que Eritia –escenario de la décima proeza de Hércules– sería la isla de Perejil (islote deshabitado en la actualidad, situado muy cerca del Peñón de Gibraltar). Otros relatos ubican este mismo lugar como Ogigia, donde –de acuerdo a la Odisea– la ninfa Calipso retuvo a Ulises durante siete años. Una leyenda narra que Hércules fundó Tánger, ciudad de Marruecos, en honor a una mujer llamada Tingeria, de la cual estaba irremediablemente enamorado. En todo el Estrecho se fundaron templos en honor a Hércules, que es el héroe preferido de sus tierras y de sus mares.

Durante largo tiempo, la incursión sucesiva de varias civilizaciones en el Estrecho, fueron fundando el extraordinario legado multicultural de su patrimonio; palpable en la arquitectura, gastronomía, literatura, o en la música.  Este sería un viaje que no terminaría nunca de contarse, de ensoñarse en el sonido del viento, en el salpicar de las olas creadas por el abrazo entre el Océano Atlántico, y el mar Mediterráneo.

El estrecho de Gibraltar está conformado por dos civilizaciones: Oriente y Occidente; dos continentes: Europa y África. Involucra tres países: Marruecos, España, y Reino Unido; sus provincias o regiones son Andalucía (España) Ceuta (España) Tánger y Tetuán (Marruecos). Ciudades: Algeciras, La Línea de la Concepción, Tarifa (España) y el Peñón de Gibraltar (Reino Unido).

Los componentes del Estrecho de Gibraltar.

Texto: Maruchy Behmaras ± Foto: NASA / ALL YO / ARTE E HISTORIA / RPA / ROTMAN ZOOM / UNIVERCIUDAD / LUGARES CON HISTORIA / ARNOLD BÖCKLIN / ART