Valle de Bravo es una población muy peculiar, con sus casas coloniales de estuco blanco, balcones de hierro forjado y techos de teja roja. Es un pueblo en la montaña que se eleva de las orillas del lago y está rodeado de tupida vegetación en la que sobresalen los pinos.

Si se llega hasta Valle en auto, está a 60 minutos de Toluca y a dos horas del Distrito Federal, y se ha convertido en un centro de recreo de primer orden por los innumerables atractivos que encierra y por los sitios de interés que hay en sus alrededores.

 

 

Al llegar a Toluca se toma la carretera que va hacia Temascaltepec, con desviación en el kilómetro 40, y luego el camino que lleva a Valle de Bravo, pasando por el Nevado de Toluca y Los Saucos. Esta es la carretera más recomendada de las tres que conducen a este destino.

Originalmente se llamó San Francisco del Valle de Temascaltepec, y por más de tres siglos fue un asentamiento dedicado a la agricultura y la horticultura. Sin embargo, hacia 1946 el paisaje y la vida del lugar se transformaron, cuando las tierras del valle fueron inundadas como parte del proyecto hidroeléctrico Miguel Alemán.

Hoy, en el lago de Valle de Bravo es posible practicar los deportes acuáticos propios de las zonas lacustres: ski, veleo, canotaje, remo, motonáutica y pesca deportiva, entre otras especialidades. Para su práctica existen todas las facilidades, y también ahí se realizan todo tipo de competencias de regatas y lanchas rápidas, e igualmente se puede navegar tranquilamente en lanchas de motor y colectivas por los contornos del lago.

 

 

 

El poblado presenta infinidad de atractivos: sus empinadas calles, los portales de la plaza con sus puestos de antojitos, el singular quiosco de madera y teja, el mercado de artesanías y la parroquia de San Francisco, patrono del lugar, que ostenta un campanario del siglo XVI.

Avándaro, localidad vecina hoy incorporada a Valle, cuenta con fraccionamientos y un hotel de gran categoría, restaurantes, club hípico y club de golf. En sus cercanías se practican montañismo, escalada en roca, ciclismo, motociclismo de campo, vuelo libre y vuelo ligero, entre otras actividades.

A principios de septiembre de 1971 Avándaro cobró celebridad por haber sido escenario del evento de rock más importante en México durante la década de los 70.

Más de treinta años han pasado desde aquel evento que casi nadie recuerda y hoy en día goza de limpia y merecida fama como insuperable refugio de agobiados capitalinos y de algunos grupos de europeos, sobre todo franceses y alemanes, que gustan de la paz y la quietud de este destino.

Valle de Bravo se encuentra dentro de la Cuenca del Río Balsas, constituida por 5,458 embalses, entre los que destacan Colorines, Tiloxtoc y Valle de Bravo. La más reciente información estadística (1989) reporta una infraestructura hidráulica cuantificada en 58 manantiales, tres ríos, 21 arroyos, cuatro presas, tres bordes, siete acueductos y tres pozos profundos.

 

 

 

Lugar de descanso

Valle de Bravo y Avándaro no son considerados únicamente para ir de vacaciones en determinadas temporadas, estos sitios han sido elegidos por personas de clase media alta y alta (nacionales y extranjeros) para tener allí su casa de descanso, y han encontrado una amplia oferta de productos residenciales y lotes para construir, en medio de paradisiacos paisajes y un sinfín de oportunidades para pasarla bien. En Valle de Bravo existen desarrollos como El Santuario, Izar, Llano Largo y Rancho Avándaro donde los precios de la tierra por metro cuadrado se ubican en aproximadamente 350 dólares. Por supuesto, hay zonas menos caras, que no están precisamente frente al lago, donde los precios del metro cuadrado fluctúan entre 80 y 200 dólares.

 

CLUBES DE PRIMERA

El Santuario

Sitio de reunión donde se logra la armonía con la naturaleza.

Es un desarrollo náutico-residencial ideado por Michel Domit, que ofrece la oportunidad de disfrutar este tradicional rincón de México con sus costumbres y fiestas, al mismo tiempo que lo convierte en un oasis para el cuerpo y el alma. La extensión del fraccionamiento es de 200 hectáreas, de las cuales 85 por ciento son áreas verdes y el resto está destinado para construcción. En el desarrollo hay cuatro etapas, con un total de 628 lotes autorizados, de los cuales se han vendido 198 y los restantes aún se encuentran disponibles. El Santuario se ubica en la ribera noroeste de la presa de Valle de Bravo, junto al fraccionamiento San Gaspar, justamente a un costado del lago. La distancia entre el pueblo y este desarrollo turístico es de siete kilómetros, así que se tiene la posibilidad de disfrutar el pueblo en cualquier momento, a pocos minutos en auto o lancha.

La visión del empresario lo llevó a construir un complejo hípico y náutico en una montaña que hasta ahora conserva en su estructura piedras de cuarzo, una vegetación exuberante y fauna diversa, como correcaminos.

 

 

 

 

 

Preservando la montaña, desde 1994 el proyecto arquitectónico El Santuario creció adaptándose a ella con la idea de ofrecer un espacio de equilibrio entre áreas construidas y naturaleza, a fin de contribuir a la conservación del ambiente de bosque que persiste en Valle de Bravo. Los dos clubes, hípico y náutico, cuentan con infraestructura diseñada especialmente para apreciar los paisajes de su entorno y con variados servicios: albercas de diversas formas y tamaños, jacuzzis, espejos de agua con camastros para asolearse, restaurantes, área de adultos, jóvenes y niños, caballerizas y guarderías, entre otros servicios, complementan este lugar cuyo concepto es único en América Latina.

El Club Náutico tiene en la actualidad un muelle para cinco lanchas y cinco veleros (el crecimiento a futuro será de acuerdo con la demanda, en bloques de 10 en 10); adicionalmente hay elevadores de lancha neumáticos, un patio con rampa para maniobras, estacionamiento exterior para lanchas y malecón a todo lo largo de la Casa Club (120 m).

Michel Domit inició la construcción de este enorme complejo con el apoyo y la promoción del gobierno del Estado de México, en una zona donde la tierra adquiere mayor plusvalía para los inversionistas interesados en el concepto y en el desarrollo turístico de Valle de Bravo.

 

Club Náutico Valle de Bravo

Otro club importante en la región es el Club Náutico Valle de Bravo, que en una extensión de 17,000 m2 cuenta con una Casa Club y jardines, área de usos múltiples, alberca, bar, restaurante en la terraza con vista al lago, canchas de tenis y tiendas donde venden artículos náuticos. El Club tiene 56 lockers para sus miembros, cinco plataformas para botes de diversos tipos y un tractor de alto poder para el arrastre de las lanchas. Para el acceso al lago el Club cuenta con dos rampas y tres embarcaderos para lanchas de hasta 6 por 2.5 metros de largo y ancho, respectivamente.

 

 

Club Náutico Avándaro

El 16 de agosto de 1956 se reunió un grupo de amantes de las actividades acuáticas, que hacía tiempo veleaban en Valle, para discutir acerca de la fundación de un club dedicado a la vela y ubicado en el lago de Valle de Bravo.

Luego de analizar los asuntos legales relacionados con la fundación del club dieron forma a lo que hoy es el Club Náutico Avándaro. Hay que destacar que es el primer club en el lago y el segundo en México (el primero en el país fue el Club de Yates de Acapulco, fundado un año antes). Así, se decidió comprar un terreno al otro lado del lago (que se ve desde el muelle municipal), ya que en esa parte es donde más temprano comienza el viento y donde mejor sopla.

 

 

En el terreno se encontraba una casa en la cual vivieron los ingenieros que construyeron la presa del lago y que ahora es parte de la Casa Club. El club tuvo un crecimiento muy veloz y logró también formar a muchos veleristas de clase mundial y nacional, tales como Eric Mergenthaler y Tania Elías Calles. Hoy en día tiene un terreno de 15,000 m2 y un total de 123 socios activos. Cuenta con dos muelles (78 y 66 m) que poseen protecciones y se ajustan al nivel del lago.

 

Ízar

Se trata de un desarrollo de 550 hectáreas, al que se tiene acceso por Avándaro. Se extiende desde Velo de Novia hasta las orillas del lago de Valle de Bravo. Entre sus atractivos se pueden mencionar un campo de golf de 18 hoyos, un club de vela, un club hípico y lotes residenciales.

 

Turismo

De acuerdo con datos del municipio, los puntos de interés para el turismo son 104 espacios, y entre ellos los más conocidos son: Presa de Valle de Bravo (por su potencialidad para el deporte acuático), el lago, Laguna Negra, Embarcadero Municipal, Cascada Velo de Novia (y tres cascadas más que se identifican como recursos hidrológicos naturales), además del Mirador de Cruz de Misión, La Peña, Torre Monte Alto, Avándaro, El Molino, El Salto de Ferrerías.

 

 

 

Otros espacios atractivos

Centro Histórico de Valle de Bravo (donde se localizan la Parroquia de San Francisco y la Capilla de Santa María o Cristo Negro), Mercado de Artesanías, Mercado Municipal, Casa de la Cultura, Museo “Joaquín Arcadio Pagaza”, Parque El Pino, Alameda del Pueblo, Plaza de los Tres Árboles, Hacienda de Santa María Pipioltepec (que conserva un acueducto del siglo XVII) y el centro de espiritualidad “Maranatha”, a 10 km de Valle de Bravo.

Según datos de la Dirección General de Turismo del Estado, la afluencia turística anual es de 2,870,000 personas (2,792,000 nacionales y 78,000 extranjeros). No obstante, en los últimos años ingresan unos 2,000 vehículos cada fin de semana, y la mayoría de estos visitantes son “turistas de ocho horas”, que llegan de paseo y regresan a sus hogares el mismo día.

En la actualidad hay 22 hoteles, tres posadas familiares y tres campamentos; ofrecen servicio unos 20 restaurantes, además de otros tantos comercios de comida más pequeños, así como varios bares y antros.

Y en cuanto a los servicios de apoyo al turismo hay siete sitios de taxi, una línea de autobuses urbanos, una terminal de autobuses foráneos, un embarcadero municipal, tres embarcaderos, seis clubes náuticos, dos clubes de golf, dos clubes de tenis y un club de frontón, estos últimos, privados.

 

 

 

Ecoturismo y aventura

Para alcanzar la cima del macizo rocoso La Peña, donde existe una zona arqueológica no explorada, hay que realizar una caminata de aproximadamente 20 minutos. El lugar es un mirador natural desde donde se contempla en todo su esplendor el espejo del lago y la ciudad.

Los elevados cerros boscosos que rodean al lago de Valle de Bravo, especialmente los que están por encima de la localidad de Avándaro, son aprovechados por gente aficionada al vuelo en parapente y aviones ultraligeros. Las condiciones climáticas permiten planear y al mismo tiempo disfrutar de uno de los paisajes más bellos que desde esas alturas puede contemplarse en el país.

Para quienes desean una aventura de mayores dimensiones y seriedad, respecto a la escalada de enormes paredes rocosas verticales, tendrán a su alcance el Peñón del Diablo, un acantilado de más de 600 m de escarpadas murallas, unido a la sierra que separa a Valle de Bravo.

 

 

Ubicado en un estrecho paraje de la Presa de Valle de Bravo, desde donde se contempla La Peña y la zona de San Gaspar (sitio donde Michel Domit construyó El Santuario) entrar en el club es una verdadera aventura. Además de recorrer una larga y serpenteante carretera empedrada (flanqueada por un espeso bosque y grandes pendientes), hay que atravesar la estrecha vigilancia que prohíbe el acceso a todo aquel que no haya sido invitado por algún colono.

El camino pasa por lo alto de una montaña, desde donde es posible contemplar el lago y la Casa Club. Desde este lugar la vista resulta maravillosa. Algunos de los fairways del campo de golf se extienden lo mismo por la zona boscosa que por la orilla del lago de Valle.

Con edificaciones características de la región (tejas y techos de doble agua), combinadas con detalles de arquitectura barraganesca (espacios abiertos, techos de doble altura, espejos de agua y colores vivos) la Casa Club se levanta entre los árboles.

 

Texto: Araceli Cano ± Foto: Consejo de la Promoción Turística, Lía Rueda, Origen del Arte, W, Mario Ramírez