Tango Rojo y Noches Blancas

Buenos Aires se refleja bailando tango en el Río de la Plata, mar interno que se estira hasta desembocar en el Atlántico. Los teatros se llenan, los restaurantes se desvelan hasta que la música se escapa a las calles llevando lamentos de Gardel. La ciudad más europea del hemisferio sur es una estrella con fondo de melancolía y magia de San Telmo a la marina de Puerto Madero, pasando por La Recoleta.

Fundada en 1536, Buenos Aires empezó a crecer con la llegada de los inmigrantes italianos, a partir de 1840. Hoy es una capital cuyos barrios vibran según su muy particular personalidad.

 

 

Día 1 - La Recoleta y Puerto Madero

Volamos por LAN y al llegar nos instalamos en el Four Seasons Hotel (www.fourseasons.com/buenosaires/), en la Recoleta. Sus elegantes habitaciones hacen que uno se sienta en su palacio al lado de la Patagonia, y todo el equipo atiende de manera muy profesional y amigable.

Ya que el avión llegaba temprano, pudimos disfrutar de un excelente desayuno en el restaurante “Le Mistral” del hotel, reposar un momento y luego salir a caminar. La Recoleta es el corazón de la zona elegante, tiendas de marca al lado de museos, hoteles de lujo, galerías de arte, mujeres hermosas y terrazas siempre pobladas de gente tomando el sol, a ver a quién ven y quién les ve. El jardín se llena los fines de semana de artesanos y curiosos, en el césped algunos gozan del sol, siempre hay algo que ver después de visitar el cementerio, visita obligatoria en Buenos Aires. La Recoleta es el barrio aristocrático donde descubrimos las maravillas de la arquitectura de influencia francesa. Los residentes visten en tiendas de lujo, las calles son un verdadero espectáculo de gente elegante y extravagante.

Fuimos a comer a Cabañas Las Lilas (www.laslilas.com) en Puerto Madero, la antigua zona de los almacenes que han sido transformados en elegantes restaurantes y se han vuelto un lugar de moda para comer con vista a la marina. Las Lilas es uno de esos sitios exquisitos donde se encuentra la gente de todo Buenos Aires. Visitamos el Museo de Bellas Artes y terminamos nuestro día yendo a tiendas y tomando café en una de las terrazas de la Recoleta. Después de disfrutar un aperitivo en el bar de de la Mansión, nos instalamos en el Teatro Porteño para ver la obra “Made in Lanús”, uno de los grandes clásicos del teatro contemporáneo argentino. Saliendo fuimos a cenar al mítico Café Tortoni (www.cafetortoni.com.ar) para escuchar y ver bailar un maravilloso tango.

 

 

Día 2, Palermo y el centro

Despertar en el Four Seasons es empezar el día en el glamour de Buenos Aires disfrutando de su primavera. Fuimos a Palermo y empezamos la ruta en el Museo de Arte Latino Americano donde además de ver obras de artistas latinos, disfrutamos algunas muestras del talento de Frida Khalo y Diego Rivera. Deambulamos por las diferentes zonas de Palermo, descubriendo el jardín botánico, la zona La Imprenta, Palermo Chico con sus tiendas, Palermo Hollywood con sus cafés y restaurantes, así como Palermo Soho, donde nos instalamos para comer.

Entonces nos dirigimos a la tumultuosa calle Florida del centro, muy concurrida con sus tiendas y centros comerciales, al lado de la elegante avenida 9 de Julio con el teatro Colón y su famoso obelisco. Terminamos nuestro día recorriendo la muy parisina avenida de Mayo antes de llegar a la Casa Rosada, imaginando a Eva Perón arengando la muchedumbre desde el balcón. Visitamos el Cabildo y la catedral, saboreando la historia de la ciudad contada en esas paredes. La noche caía sobre las voces del pasado, los inmigrantes italianos interpelaban desde los barcos los sobresaltos de la historia que desfilaba en mi mente. Argentina ha sufrido, por eso su gente canta tangos.

Nos dirigimos entonces al restaurante La Cabrera (www.parillalacabrera.com.ar) para degustar la famosa res argentina, una de las mejores de la capital, servida en porciones grandes con sus cortes típicos y preparada a la parrilla. A las 9 estábamos en el teatro para ver la obra “Ella en mi cabeza”, una divertida comedia local. Terminamos nuestro día escuchando tangos y milongas en el Viejo Almacén (www.viejo-almacen.com.ar), una de las esquinas más famosas de Buenos-Aires, en el barrio de San Telmo, donde el ambiente se calienta al son llorón del acordeón. La noche respiraba la primavera cuando caminamos un poco antes de entrar en nuestro palacio argentino, el Four Seasons.

 

 

Día 3, La Boca y San Telmo

Disfrutamos de un desayuno reconfortante, al cabo del que tomamos un taxi que nos llevó directamente a La Boca, lugar donde Pedro Mendoza fundó la primera Buenos Aires en 1536. Luego, cuando la ciudad se asentó en la Plaza de Mayo, se volvió un barrio de barracas. A finales del siglo XIX los inmigrantes italianos le dieron su fisonomía actual porque pintaban de diversos colores sus casas, con sobrantes de las pinturas de los marineros.

Nacido alrededor de 1880, el tango era baile y música vulgares de los arrabales de la capital. Dicen que nació en un pequeño antro de La Boca y era la música de la primera generación de porteños, hijos de los pobres inmigrantes europeos. Expresa el llanto, la desesperación, la ansiedad, los amores malditos, la dura vida del porteño, los dramas. Gardel nació en Francia, el 11 de diciembre de 1890 y llegó a Buenos Aires a los 3 años. Eso dice la historia, pero según la leyenda nació en Buenos Aires o en Uruguay. Empezó su carrera como solista en 1917 y triunfó gracias a su encanto y carisma en la América Latina y luego viajó por toda Europa para cantar y consolidar su popularidad nacida, ella sí, en la capital del país.

La gente de la Boca hoy vende pinturas, artesanías, las tiendas están repletas de objetos sorprendentes, descubrimos casas de chapa y cartón y en cada esquina unos bailarines bailan tango o tocan el acordeón. El ambiente desborda de esa música melancólica especialmente los fines de semana. “La Bombonera”, el estadio del Boca Juniors, ofrece un espectáculo inolvidable los días de partido de fútbol, cuando se llena de “hinchas” con luces de bengala, bombas de estruendo. En la Usina de las Ideas, se inauguró un centro cultural, sede de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. Por todos los callejones estallan colores, figuras de papel maché, ambiente bohemio y alegre.

 

 

 

El taxi nos llevó a San Telmo, un barrio bohemio donde compiten las tiendas de antigüedades y los mercados de chatarra, los restaurantes y los cafés. En la plaza Borrego se instala el mercado de pulgas y los tangos se bailan con reverencia. Comimos en La Brigada (www.labrigada.com) y comprobamos la excelencia de su carne asada, su morcilla y su bife. Seguimos paseando. Las calles flanqueadas por casas de estilo típico porteño confieren al barrio un ánimo que noche a noche ilumina los antros de tangos.

Para terminar el día nos pasamos por la Plaza de Mayo, la Casa Rosada y la Avenida Corrientes. Asistimos al teatro y luego cenamos en La Churrasquito, cocina que agrega magia al auténtico sabor porteño: cordero patagónico y matambre campestre, los estelares. Terminamos la velada tomando un whisky en 878, uno de los antros más famosos por sus cócteles con whisky. Entramos a la discoteca Caix (www.caix-ba.com.ar), ubicada frente al Río de la Plata, donde nos codeamos con la alta sociedad porteña. A las 3 de la madrugada las calles seguían muy animadas, como atestiguamos cuando volvíamos al dulce hogar del hotel Four Seasons.

Día 4, El Tigre

Tomamos nuestro desayuno en el Mistral y luego nuestro tren hacia El Tigre, delta de los ríos Luján, Tigre y Paraná donde hay más de 2,000 Km de canales, algunos con hermosas casas de fin de semana. Es la Venecia argentina. En sus riachuelos la pesca es buena y las garzas bien lo saben. En el mercado del Tigre se venden frutas, artesanías y las mejores parrilladas. En el Río Paraná de las Palmas se realizan competencias de remos. Todo es un verdadero lugar de ensueño que transmite paz, lejos del ruido de la capital y su agitación.

 

 

 

 

En un lindo recorrido por lancha, exploramos encantadores canales, cruzamos el Paraná Mini, el Paraná Principal y el Paraná Guazú, hasta llegar a la boca del Río Uruguay, que se deja ir en el Río de la Plata mucho después de haber creado las maravillosas cascadas de Iguazú.

Muy cerca se encuentra el Four Seasons Carmelo, en Uruguay, con su golf de 18 hoyos, su relajante Spa, tenis, playa, alberca y la paz. Disfrutamos de ese ambiente primaveral con suculentas carnes asadas y en convivencia con los porteños al modo dominguero, platicando. Al final de la tarde regresamos a la ciudad, a tiempo para visitar el museo Larreta con su exposición de Goya, para luego terminar en el Museo de Arte Hispanoamericano antes de regresar al hotel y darnos el lujo de un buen masaje en el Spa para reponernos de tanto caminar.

Renovados por ese momento privilegiado, nos instalamos para cenar el Le Mistral (www.fourseasons.com/buenosaires/) para disfrutar del ambiente casual y sofisticado de ese bistró argentino con su cocina típica y los mejores vinos del país. No pudimos resistir, después de esa excelente cena, y cumplimos nuestro deseo de ver y escuchar tangos y más tangos.

Día 5, Colonia de Sacramento, Uruguay

El sol y el aire fresco nos recibieron al tomar el Buquebús en el Puerto que nos trasladó en una hora a Colonia del Sacramento, justo en frente de Buenos Aires, en Uruguay. Fundada por el portugués Manoel Lobo en 1680, adquirió importancia gracias al contrabando que circulaba como contrapeso al monopolio mercantil que ejercían los españoles en la región. Los productos ingleses se abrían paso hacia la colonia española en Argentina por medio de intercambios sospechosos con los portugueses.

Su muralla conserva el encanto del misterioso pasado cuando los piratas entraban por su puerta, la calle de los Suspiros recuerda las intrigas amorosas de las hijas de los comerciantes a la sombra del faro, los patios de las casas se esconden detrás de las fachadas coloniales con su vegetación mediterránea y su fuente. A la orilla del río, los pescadores atrapan unos peces, la gente pasea platicando del fútbol, del polo, de una buena parrillada, de los antiguos coches en maravilloso estado que se encuentran por todo el país y que son una verdadera pasión para los uruguayos. La catedral, edificada en 1680, fue varias veces alterada hasta finalmente ser reconstruida en 1842; hoy domina orgullosa la plaza de Armas.

Colonia es un encantador pueblo que nos transporta al pasado. Lo descubrimos con placer ese día, caminando, explorando los rincones, sintiendo la historia deslizarse por los callejones. En la tarde regresamos a Buenos Aires, sin perder de vista el sol que brillaba sobre el Río de la Plata.

Recorrimos la calle Florida para sentir el ambiente de la gran ciudad, paseamos por la Recoleta antes de cenar en Gourmet Porteño (Puerto Madero www.gourmetporteno.com.ar) donde comimos las excelentes carnes y exquisitos postres y para terminar el día nos instalamos en Rojo Tango (www.rojotangoshow.com), el mejor show de tango en Buenos Aires, con pasión, amor, locura y duende. Antes de acostarnos tomamos un cóctel en Isabel (www.isabelbar.com), un bar muy relajante con buena música y excelente ambiente, muy socorrido en Buenos Aires.

Finalmente dejamos Buenos Aires con el corazón lleno de tangos, con pasos que se deslizaban hacia el aeropuerto para luego seguir hacia Iguazú, donde nos esperaba el maravilloso hotel Das Cataratas Orient-Express. Buenos Aires es una joya de arquitectura, música y arte, con su ambiente bohemio y sus interminables conversaciones con los porteños, gente encantadora. Es una fastuosa escala en los viajes del sur, una ciudad atemporal que acoge deliciosamente con sabor y tango.

 

 

Texto: Patrick Monney ± Foto:Promperú / Patrick Monney