Prestonfield House Edimburgo

Del barroco a la gala hotelera

Con una pulcra fachada en blanco-crema y emplazado al centro de amplios jardines, conserva la arquitectura tradicional de una construcción de 1687, época en que fuera la gran casa barroca de Lord Provost, en Edimburgo.

Hoy su diseño fusiona la arquitectura histórica, con el arte y un sentido de elegancia que perdura en toda época; la visión de James Thomson, prominente empresario escocés responsable de esta nueva imagen y quien fue nombrado por la revista Time Out como “el restaurador de estrellas de Edimburgo”, consiguió crear un sitio de encanto excepcional.

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Cuenta con 23 habitaciones y suites guarnecidas de muebles antiguos y amplios ventanales por donde asoma el paisaje de los jardines que lo rodean; entre el vivo césped, flores y la primera planta de ruibarbo en el Reino Unido, importada de China, es común encontrarse a algún pavorreal luciéndose para los huéspedes.Aunque su estilo se aleja del minimalismo, resulta un sitio acogedor con el grado justo de emoción expresada en Su decoración.

Uno de sus mayores atractivos es su espacio gastronómico: el restaurante Rhubarb. Su carta ofrece un menú de comida tradicional de la región, como el haggis, carnes con especias, los panecillos scones, sándwiches de pepino y macarrones, sin dejar fuera los pasteles y bollos con mermelada de frambuesa casera. Además su selección de tés va desde los de hierbas típicas hasta los más exóticos. Este recinto viste de tapices marrones, terciopelo y caoba, candelabros, velas y pinturas de marcos dorados en las paredes.