Al hablar de alta relojería, generalmente se hace referencia a ciertas marcas de prestigio; que han logrado un reconocimiento general basado en su historia o éxito comercial. Sin embargo, qué es lo realmente define a la alta relojería y cómo saber si una pieza o marca realmente pertenece a la categoría. Si bien no existe un criterio universal para poder definir claramente las diferencias, sí podemos hablar de ciertos puntos clave que nos pueden ayudar a entender mejor donde radica la diferencia.
Comenzamos a mencionar los criterios con el ABC de la alta relojería con referencia a los conceptos Arte, Belleza y Calidad.
El ‘Arte’ es definido como la capacidad o habilidad para hacer algo, haciendo directa referencia al trabajo manual y artesanal que debe de ser realizado por el maestro relojero en la manufactura de cada pieza de alta relojería. Por ende, la relojería producida por un proceso industrializado, mecanizado y en serie sin la presencia y labor de un relojero en la manufactura no tendría cabida dentro de esta categoría. El arte no solo limita el volumen de producción, sino que a su vez genera que cada reloj tenga un toque personal y humano que varía de pieza en pieza dependiendo de la mano y habilidad de cada relojero. Dicha labor no se limita únicamente al ensamble de la pieza, sino también sobre los pulidos, acabados y decorados de cada componente del reloj; lo cual nos lleva a la B, la Belleza.
Los 477 componentes y 67 gemas en el calibre AgenGraphe
Ensamble realizado por las manos expertas de un relojero
Como toda obra de arte, una pieza de alta relojería debe apelar a los sentidos, debe tener una finalidad estética y comunicativa que transmita emociones. La belleza siempre quedará como una precepción personal basada en los gustos y aficiones de cada persona, sin embargo, lo que agrada a la vista al inspeccionar un trabajo bien realizado por manos expertas y largas horas de trabajo delicado siempre será algo universalmente reconocido, más allá de los gustos personales de cada uno.
Todo lo anterior carecería de sentido sin la C, la calidad. Una pieza de alta gama tiene que ser, por cencima de todo, funcional y precisa. Estamos hablando del arte de hacer relojes, pero un reloj es un instrumento que sirve para medir el tiempo y debe cumplir con su función definitoria.
En conclusión, cuando se habla de una pieza de alta relojería, generalmente se refiere a un reloj mecánico automático o manual, construido, en su mayoría, por las manos de un relojero, quien crea una obra de arte en la forma de una escultura mecánica con cientos de componentes embellecidos y trabajando con total precisión y armonía. La gran mayoría de estas piezas suelen tener una tapa de cristal de zafiro en la parte trasera que permite ver todo el trabajo al interior del reloj y que se puedan apreciar los acabados y detalles.
El arte de biselar los cantos de los componentes a mano
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Texto: Jaime Cohen ± Foto: horobox, czapek, arnoldandson